Narrador omnisciente
Los dos jóvenes se encontraban parados delante de una casa, Pedri había llevado a la castaña a que viera a lo que posiblemente podría ser su nueva casa.
-Te puedes quitar la venda- Le dijo el español a Maya.
Ella de manera lenta se la quito, parpadeo un poco para poder adaptar su vista. La mexicana no comprendía que estaba sucediendo, ella volteaba a ver al chico y luego a la casa.
-¿Qué-qué es esto?- Pregunto.
El la tomo de la mano y la introdujo a la casa, ella seguía sin comprender que estaba pasando. Ella lo suponía, pero temía que no fuera así.
-Este es nuestro nuevo hogar, anoche no podía dormir de sobre pensar en sí yo debía mudarme o ustedes debían cambiarse conmigo. Llegue a la conclusión de que sería mejor tener una casa nueva, donde los tres pudiéramos decorarla a nuestro antojo- Termino diciendo el canario.
Él estaba más que feliz con iniciar una nueva vida con ellos, pero Maya estaba asustada. Temía la reacción del chico al contarle la verdad, ella no creía que fuera tan grave, pero de igual forma le asustaba como se lo tomaría.
-Cielo esto es genial, debe costar una fortuna y yo- Antes de que pudiera seguir hablando el la interrumpió.
-No costo tanto, y antes de que digas algo. Es un regalo, para ti- Aclaro.
Ella se le quedo viendo sin creerlo, el tomo las llaves y se las entrego. Maya sabía que hacer, la planta "hermosa" le quedaba corta a la casa. Era realmente maravilloso a lo que ella pensaba.
-Pedri es mucho esto, no puedo aceptar que esto.
-Sí que puedes. La casa estará a tu nombre, pero viviremos aquí. Está cerca de la escuela del peque y del estadios, queda perfecto- Aseguro el castaño.
Ella ya no quiso discutir y solo se lanzó sobre el para abrazarlo y besarlo, el se dejo querer. Maya se separo del canario.
Ya era hora de decirle la verdad, lo necesitaba, tomo aire y...
-Malcom no es mi hijo- Soltó sin más.
La castaña al decirlo se sintió muy bien, solo existía una persona en el mundo que lo sabía, y era Morgan.
Por otro lado el español no se lo esperaba en lo absoluto, se sorprendió tanto que se quedó muy quieto y cayado. No sabía cómo reaccionar al respecto.
-¿De que hablas?- Pregunto muy confundido.
-En realidad es mi hermano...- Confeso ella.
Para Maya contárselo era quitarse un peso de encima, tras tres años de mentir acerca de su relación con el menor, se le olvidaba que no era la verdadera madre.
Pedri se sentía todavía más confundido, ¿cómo que era su hermano? El no sabía ni que decir, era una noticia muy inesperada.
-Maya, no estoy comprendiendo- Dijo.
Ella se acercó un poco a él otra vez, al ver que este no se alejó lo tomo de las manos y le contó.
Maya
*MAYA NARRA*
Mis padres se habían conocido de manera muy inusual, fue una rara coincidencia. Ellos se conocieron a los 18 años, desde el momento uno supieron que estaban hechos el uno para el otro.
Mamá era una chica de casa, no solía salir mucho. Por otro lado mi papá era todo lo contrario, el era mochilero, se la pasaba viajando por todo el mundo, eso lo apasionaba.
Un día mis padres escaparon juntos a la playa, desde entonces han sido compañeros de vida y de viaje.
A los veinte me tuvieron a mi, fui criada con amor. Crecí siendo hija única, viajando constantemente. Por ello no tenía amigos, no sabía como relacionarme con las personas.
A los 16 descubrí que tendría un hermano, fue muy extraño al principio para ser honesta. Tendría que compartir el amor y la atención de mis padres, eso al principio hizo que sintiera celos, pero después comprendí que el sería el nuevo amor de mi vida.
Mi madre ya tenía 25 semanas de embarazo, no faltaba mucho para que el bebé naciera, pero entonces todo comenzó a salir mal.
Le diagnosticaron a mi padre una enfermedad avanzada del corazón, él decía que no era nada, pero a las dos semanas de eso, mi papá falleció.
Fue muy duró estar sin él, pero definitivamente a mi madre le pegó más. Cayó en una terrible depresión, en todo ese tiempo estuvimos en un pueblo de Francia. Mi mamá solo comía por el bebé, no por gusto.
Duró así mucho tiempo, yo trabajé en ese tiempo como mesera para tener dinero y poder comer. Fue complicado, intentaba no caer como ella lo había hecho, tenía que ser fuerte para mi madre, sin importar que yo quisiera derrumbarme.
Malcom se adelantó un mes, nació con 35 semanas. Me acuerdo perfectamente de ese día, fue el más difícil, mi madre murió durante el parto y yo tenía que tomar una decisión.
Al yo ser menor de edad nos mandaron a un orfanato, sabía que al cumplir los 18 me echarían del lugar, y mi hermano al ser un recién nacido ya tenía a muchos padres interesados en el.
Un día la encargada del lugar me dijo que en dos días Malcom sería adoptado, mi mundo se vino abajo. De solo pensar en que me arrebatarían a lo único que me quedaba me sentí terrible, debía ser algo para que no sucediera.
Entonces escapé con el, tome un bus a Italia, probablemente debí tomar otro con un destino más lejos. Pero al estar cerca no me buscarían mucho.
Al llegar allá lo primero que hice fue buscar un empleo, al tenerlo sería más fácil poder buscar donde quedarnos, las personas no me querían dar trabajo, al verme joven, inexperta y con un bebé me creían incapaz de hacer cualquier cosa.
Mi última opción fue una cafetería, la dueña era muy gentil y me dio trabajo. Al verme con Malcom supuso que era mi hijo, entonces pensé y lo decidí.
Era más fácil decir que el niño era mi hijo y no mi hermano, la gente haría menos preguntas, y así Malcom crecería como yo lo hice.
La señora Annie me contrato y me dio alojo en su casa, duramos un año con ella. Yo trabajaba toda la semana y la señora cuidaba de mi bebé, hasta que enfermo y por desgracia murió.
Tuve que irme, y fue que llegue a España y el resto ya lo conocen.
Fue muy difícil seguir adelante yo sola, pero intentaba dar lo mejor de mi por él, Malcom merecía el mundo entero, y si en mis manos estaba dárselo, se lo daría. Lo amaba como si fuera de verdad mi hijo, no estaba en mis planes de que se estará de la verdad, no quería que supiera nunca nada.
¿A que no se lo esperaban? Cree esta historia nada más por una idea loca que tuve al respecto de esto, la verdad ya quería este drama jaja. Espero les guste, los quiero<3
ESTÁS LEYENDO
COINCIDENCIA|ᵖᵉᵈʳⁱ
FanfictionUn golpe cambia la vida de estos dos, una nariz rota y alguien apenado es todo lo que se necesita para tener esta inusual coincidencia.