𝐍 𝐔 𝐄 𝐕 𝐄

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Maya

Me desperté sin Pedri, pensé que había ido al baño, pero no. Cuando me levante había visto una nota en la mesita, la agarré y la leí.

"Linda tuve que irme, se me olvidó que el entrenamiento de hoy era tempranos. Te deje en la cocina cosas que compré ayer, prometo más tarde volver. No olvides tomarte tu medicina, te quiero
-Pedri"

Nuevamente sentí ese cosquilleo en mi tripa.m, sonreí como tonta y me levante del sillón donde estaba. En la cocina pude ver la bolsa de las cosas que había comprado el canario.

Me acerqué y era pura despensa, no me gustaba que siguiera comprándonos esto, pero le agradecía ya que yo no podía hacerlo. Tome las cosas y las acomodaba en su lugar.

Malcom se despertó y se acosto en el sillón conmigo, se veía adormilado, pero también se veía todavía enojoncito.

-Adivina quien vino ayer- Le dije.

El volteo a verte con cara de "¿Quien?"

-Pepi- Conteste.

Al mencionarlo el se dio el sentón y comenzó a buscarlo con la mirada por todos lados.

-¿Donde esta?- Pregunto aún buscándolo con la mirada.

-Se tuvo que ir amor, pero mira lo que te compro- Me pare y fui a la cocina

Malcom se paro y fue detrás mío, se sentó en un si banquito esperando a que le mostrara. Abrí la alacena u tome la caja entre mi manos, la volteé y se la puse enfrente del pequeño. Este solo se quedó quito contemplando la caja.

-¡Lucky Charms!- Exclamó.

Era su cereal favorito, y muy rara vez yo podía comprarlo. Le serví un poco en un plato con leche y el niño comenzó a desayunar, se veía ya de buen humor. Agradecía a Pedri infinitamente por habérselo comprado.

Aproveche su bien humor para intentar hablar con el, le explique quien y en donde había conocido a Morgan, y le dije que no me gustaba su manera de tratarlo, que debía ser más gentil con el. Mi pequeño lo entendió y me pidió perdón.

Después de un rato Malcom estaba en la sala viendo su programa favorito mientras yo hacía la comida. Amaba cocinar, era una gran terapia para mi, me ayudaba.

Mi teléfono empezó, mi pequeño lo tomo y me lo paso. Vi que era Morgan y conteste.

-Ma jolie, buen día- Saludo mi amigo.

-Bonjour- Salude.

El me pregunto que como seguía, que como estaba Malcom y cosas así.

-¿Pensaste en lo que te dije ayer?- Pregunto.

Y la verdad es que sí, mi plan era irme con el. Volver a Francia y rehacer nuestras vidas desde cero, sería fácil porque aun hablábamos el idioma y no sería complicado adaptarse otra vez.

Pero al estar anoche con Pedri me di cuenta que aquí estaba mi hogar, el hogar de mi pequeño también. Al yo llevármelo lo estaría alejando del canario y sabía que a Malcom le disgustaría la idea y no quería que estuviera enojado o triste todo el tiempo. Y para ser honestos yo tampoco me quería separar de él.

-Sí, y te agradezco la oferta, de verdad. Pero quiero quedarme aquí, quiero que Malcom crezca en esta linda ciudad, el la ama y a las personas de aquí, no tendría corazón para llevármelo- Admití.

El comprendió, le agradecí mil veces por la oferta. El nos invito a comer, pero no podía ir ya que mi español favorito vendría más tarde, el me dijo que si podía llevar a Malcom a comer. Yo le dije que sí, confiaba en mi amigo. Pero no sabía si mi pequeño quería ir.

COINCIDENCIA|ᵖᵉᵈʳⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora