Maya
-Quiero que vivamos juntos, despertar cada mañana contigo. Poder llevar a Malcom a la escuela, que una vez a la semana salgamos a divertirnos los tres como familia. Eso quiero- Dijo Pedri.
Mi corazón se acelero al mil, tal vez en algún momento yo lo había imaginado. Me encantaba la idea de vivir juntos, que mi hijo tuviera por fin una figura paterna.
En ese momento lo recordé, mi corazón se hizo diminuto. Tenía un secreto, uno grande, y quería contárselo a mi novio, pero me aterraba su reacción.
-Me encantaría, pero debo contarte algo- Le dije.
El se me quedo viendo esperando a que le dijera algo más, tome una gran bocada de aire para prepararme y poder decirle. Pero alguien me interrumpió.
-¡Mami!- Grito Malcom- ¿Podemos ir al cine? Fer dijo que estaba la de los dinosaurios y quiero vela ¿si podemos ir?- Imploro.
-Cariño ya es tarde y los chicos ya casi se tienen que ir. Ellos tienen cosas que hacer- Le aclaré.
Mi hijo solo hizo un puchero y volvió al cuarto, amaba que él supiera que cuando no se podía, ya no insistía más.
- Son las 7, perfectamente podríamos ver la película. Y mañana no tenemos nada que hacer- Dijo el hermano de mi novio.
Terminaron convenciéndome y ahora íbamos de camino al cine, Malcom era el más feliz. Hemos ido muy pocas veces al cine, pero mi pequeño se emociona mucho.
Al llegar todos bajamos, el mayor cargo a mi hijo en sus hombros y se adentraron, Pedri se puso a mi lado y me tomo la mano.
-¿Qué es eso que querías decirme linda?- Preguntó.
-Es algo importante, aquí no te lo puedo decir.
El solo asintió y comenzamos a caminar.
-Que te parece si mañana salimos, solo tu yo. Como una cita- Propuso el español.
-¿Que hay de Malcom?- Cuestione.
-Le pediré a mi hermano que lo cuide, podrán quedarse en casa o salir- Dijo el.
-Sí Fer quiere quedarse con el niño, con gusto acepto la cita canario- Termine diciendo.
Pedri
Ya estoy por llegar por mi amada, quedamos en que saldríamos ella y yo. Mi hermano se quedaría con Malcom en su casa, el sin pensarlo dos veces acepto cuidarlo.
Le tenía una sorpresa a Maya, toda la mañana la busque, hasta que encontré la perfecta. No sabía como reaccionaría ella, pero espero que le guste mucho. Una vez fuera de su casa le marqué y ella salió, baje del auto para poder abrirle la puerta de este para pudiera subir, yo volví a subir y arranque.
-Luces preciosa- Alague a mi acompañante.
-Gracias, tú también- Alago de vuelta.
Le dije que iríamos a comer, la lleve a uno de mis lugares favoritos. Amaba comer ahí porque había mucha privacidad y la comida era deliciosa, sabía que le gustaría mucho ahí.
El camino era un poco largo, pero después de un rato llegamos. Los del valet parking le abrieron la puerta a mi chica y a mi, ambos bajamos y el joven se llevo mi auto. Nos acercamos a la entrada y una señorita nos llevo a la mesa que había reservado.
Nos sentamos y estuvimos platicando, adoraba escucharla hablar, me contaba sobre sus viajes con sus padres, ellos viajaban muchísimo.
-Por eso es que no conozco a mi familia, nunca estuvimos en un lugar estable- Dijo ella.
-¿Entonces España es el único lugar donde has vivido más tiempo?- Pregunte.
-Sí, desde que tengo memoria hemos viajado, lo más que duré fue en Francia. Ahí conocí a mis abuelos paternos, pero ellos no me quisieron, por eso nunca recurrí a ellos- Me contó.
Su vida no ha sido del todo mala, creció con unos buenos padres y llena de amor. Por eso es la gran persona que es hoy en día, agradecía mucho a sus papás por crear a este maravilloso ser.
Durante toda la comida ella y yo seguíamos platicando, una vez que terminamos pagamos y nos fuimos. Le dije que la llevaría a un sitio, que era una sorpresa para ella. Le vende los ojos desde que nos subimos al auto para que no supiera a onde íbamos, cuando llegamos la ayude a bajar con cuidado y la puse delante del lugar.
Perdón por el capítulo corto, pero el próximo les prometo que los sorprenderá. Apuesto en que jamás habían se lo hubieran imaginado ¿están listos?
No se les olvide votar, los quiero<3
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COINCIDENCIA|ᵖᵉᵈʳⁱ
FanficUn golpe cambia la vida de estos dos, una nariz rota y alguien apenado es todo lo que se necesita para tener esta inusual coincidencia.