Estaba acostada en la cama sumergida en mi pensamientos, tenía que moverme para buscar un trabajo. Pero al no ser de aquí se me complicaba, y más porque mi antigua jefa no quiso darme una carta de recomendación.
Malcom estaba en la sala con Pedri jugando, desde mi ataque de pánico el español no quiso despegarse de mi. Solo iba a entrenar y se regresaba, una que otra vez venía Gavi también, pero como el tenía otras cosas que hacer no venía muy seguido.
-¿Tienes hambre?- Pregunto el castaño recargado en el marco de la puerta.
Yo negué con la cabeza, estaba tan angustiada que el hambre se me quitaba. Pedri no sabía porque me había puesto así y Malcom tampoco, así que solo yo cargaba con eso.
Pedri se acerco a mi y me tocó la frente para ver si tenía temperatura.
-¿Cómo estás linda? ¿Por que estás deprimida?- Pregunto el.
-No quiero angustiarte con mis cosas- Le dije.
-Maya, ¿Cuando vas a entender que no tienes que pasar por todo esto sola? Estoy ahora aquí contigo, para ti y para Malcom. El destino me puso en ti camino y estoy seguro que es para ayudarte- Me dijo el con calma.
-No quiero que seamos una carga para ti. Somos amigos, no tienes porque mantenernos, no quiero eso- Comenté con tristeza.
Gracias a Pedri el último mes hemos sobrevivido, trae despensa y me ayuda con mi cuidado y el de mi hijo, ha sido un ángel para nosotros, por eso yo era también gente con el.
-Escúchame bien, tú y Malcom han sido lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. Su llegada a mi vida ha sido maravillosa, son mi casualidad favorita- Me confesó Pedri mirándome a los ojos.
Sentí una sensación extraña en mi, hace años no la sentía. Mi tripa sentía cosquillas y sentí la necesidad de besarlo, pero no estaba segura de que el quisiera lo mismo.
Pero pensé, el que no arriesga, no gana. Me anime y lo bese, sentí miedo al sentir que el no se movía, creo que la cague. Me separé muy rápido de él.
-Lo siento, creo que mal entendí todo- Dije queriéndome pararme de la cama.
El sin esperarlo me beso, me costo darme cuenta, pero le seguí el beso. Hace mucho que no besaba a nadie así que no supe si lo estaba haciendo bien, solo me deje llevar por el.
De ser lento y tranquilo el ritmo aumentó, Pedri se puso encima mío sin hacerme daño y siguió besándome, la temperatura de mi cuerpo empezó a aumentar.
Todo iba bien hasta que alguien tocó a la puerta, quise ir a ver quien era, pero Pedri me lo impido.
-Mamá, alguien timbra- Dijo Malcom desde la sala.
El castaño se quejó y se levantó, me ayudó a pararme y fuimos a ver quien era, Pedri se acercó con mi hijo mientras yo iba a ver quien era.
Abrí la puerta y me helada al ver quien era.
-Hola ma jolie- Saludó.
-¿Morgan?
Pedri
Sonó el timbre y yo me quede, nos separamos y fuimos, deje que ella abriera y yo me acerque a Malcom, el estaba muy entretenido viendo Caillou era si serie favorita, Maya me había dicho que desde bebé lo veía.
La castaña fue a abrir la puerta y voltee de reojo, estaba un tipo parado, se veía joven ye dijo ma jolie. Tenía que investigar qué significaba eso.
Maya reaccionó y lo abrazo muy fuerte, el le correspondió el abrazo tomándola por la cintura. Sentí todo mi cuerpo arder, mejor me concentré en la televisión mientras me mordía la lengua.
-Miren chicos- Llamo nuestra atención la chica- El es Morgan.
El chico nos regaló una sonrisa, intente devolvérsela, pero salió más como una mueca. Malcom se paró y se puso detrás de mi.
-Bonjour petit, c'est un plaisir de vous rencontrer. Je suis Morgan- Dijo el.
Mi cara estaba en total confusión, no tenía ni idea de que le había dicho. Maya vio mi confusión.
-Hola pequeño, es un placer conocerte. Soy Morgan- Tradujo ella para mi- Es francés.
Yo solo asentí y me quede callado, la mexicana le hablaba a Malcom para que se acercará y lo saludará, pero el niño solo estaba escondido detrás de mi abrazando mi pierna.
-C'est bon ma jolie, ya me tendrá confianza ¿cómo has estado?- Le pregunto a ella.
Los dos se fueron a la cocina a platicar, no les negaré que por dentro me estaba muriendo de celos. Malcom se sentó otra vez y me senté junto con el, después de un rato el peque se durmió.
Lo cargue y le dije a su mamá que lo llevaría a acostar, al verlo tan tranquilo pude verlo mejor, se me vino un flash a la cabeza del tal Morgan, se parecía mucho Malcom a él.
El era francés como el niño, quería estar equivocado, pero creo que el es papá del mi pequeño Malcom. Sentí un hueco en mi estómago, debía salir de aquí antes de volverme loco.
-Maya ya me voy- Me acerque a ella para despedirme.
-¿Por que te vas?- Me pregunto.
-Quiero dejarlos platicar, se ve que hace mucho no se ven. Los dejo.
-Sí, desde hace 3 años o poco mas que no nos vemos. Gracias, que te vaya bien- Dijo Morgan.
¿Tres años? En ese momento conecte todo, el era el padre de Malcom. Todo se me vino abajo.
-Adiós- Me despedí.
No deje que ninguno dijera nada porque salí disparado de la casa, me subí al coche y conducí a casa.
Intente calmarme para no provocar un accidente, iba respirando para tranquilizarme. Al llegar a casa me fui directo a mi habitación sin saludar a mi hermano.
Desde que conocí a Maya me atrajo, pero no quise intentar nada con ella por miedo. Sabía que estaba concentrada en criar a su hijo, y yo no quería ser un obstáculo.
De lejos la veía sin que ella se diera cuenta, admiraba lo fuerte y gran mujer que es a pesar de que tiene 20. Es muy madura para su edad y me sentí tan mal al saber que arruine su vida, yo lo que quería era ayudarla.
De vez en cuando quise preguntarle sobre el papá de Malcom, pero ella se ponía a la defensiva y mejor lo dejaba pasar para no tener problemas con ella.
Ahora al saber quien era el padre y que lo recibiera como si nada me hizo enojar, Malcom ha crecido sin una figura paterna y Maya lo ha criado con sangre y sudor para que venga así de la nada.
Me quede dormido de tanto sobrepasar.
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