Malcom se quedo dormido después de tanto limpiar y acomodar, le tendí varias cobijas en el suelo para que simularan un colchón y pudiera dormir mejor.
Pedri me dijo que llegaría tarde, tendía cosas que resolver. No entendí muy bien que cosas, pero supongo que son cosas del futbol.
Yo también estaba agotada, he estado desde muy temprano despierta haciendo múltiples cosas, cenamos y Fer se fue a casa. El pobre también estaba agotado, nos ayudo muchísimo el día de hoy, merecía un descanso también.
Terminaba de recoger la últimas cosas, le deje a mi canario la cena tapada. Ya estaba tan cansada que mis ojos se cerraban por si solos, tome una cobija y me acosté en la sala.
-Oye, linda despierta.
Mis ojos comenzaron a abrirse, no tenía ni idea de cuanto había dormido. Mis ojos se intentaban acoplar, pero me costaba un poco.
-Mmm- Me quejé.
-Lo siento, no puedes dormir aquí- Dijo el español ayudándome a levantar.
-¿Por qué no? No hay otro lugar- Dije.
El me tomo de la mano y me guío hasta el cuarto principal, en el había un colchón inflable, yo no recuerdo haberlo traído. Tal vez era suyo.
-Compré este de camino a casa, sabía que sería necesario. Compre uno para Malcom también, ya esta dormido en el por cierto- Dijo.
Yo solo sonreí y le di un pequeño beso en el cachete, le agradecí por lo que había hecho.
-Gracias, no hacía falta. Hubiéramos dormido con cobijas.
-Lo sé, pero las camas tardarán una semana. Nos dolería la espalda por dormir en el suelo.
¿En una semana? Ni siquiera habíamos ido a comprarla.
-¿Ya fuiste a comprarlas?- Pregunté.
El se arrepintió de inmediato y apretó los ojos.
-Quería que fuera sorpresa, le enseñe algunas fotos a Malcom de habitaciones, el escogió la suya- Informo.
Mi sonrisa se hizo muy grande, Pedri le estaba dando a mi hijo lo que yo nunca pude, jamás me cansaré de darle las gracias.
Mi chico y yo nos quedamos platicando un poco más hasta que los dos estábamos lo suficientes cansados, así que mejor optamos por dormir.
Pedri
Desperté a la mañana siguiente con Maya entre mis brazos. Joder, me encantaría despertar todos los día así, con ella a mi lado.
Con mucho cuidado me levante del colchón para no despertarla. Me lave mi boca y baje a la cocina, quería sorprender a mis chicos haciéndoles su desayuno favorito.
Les seré honesto, no soy para nada bueno cocinando, el experto era mi hermano. Por más que él quería enseñarme no aprendía y se me quemaba todo.
Estaba viendo un tutorial de YouTube de como hacer tortitas, sabia que era el desayuno del pequeño, casi todos los días mi castaña se los preparaba. El las adora, y quiero aprender a hacérselas.
Gracias al tutorial pude hacerlas, y no solo eso. Me quedaron perfectas, y ni hablar del sabor.
-Buenos días Pepi- Saludo el más pequeño entrando a la cocina- ¿Estás haciendo panqueques?
Malcom al preguntar corrió para subirle a la isla y poder ver lo que estaba cocinando, lo ayude a sentarse para que no se fuera a caer.
-Sí, estoy haciendo tortitas para ti, yo sé que son tus favoritas- Dije.
El niño se veía muy contento, sus pies los empezó a mover de adelante hacia atrás mientras esperaba a que le diera su plato.
Malcom ya se encontraba desayunando, quería esperar a Maya para desayunar juntos, pero supongo que se despertaría tarde.
Ayer ella se mudó sola, bueno, con ayuda de Fer. Pero de todos modos hizo mucho y debe estar agotada, la comprendía.
Me senté con el pequeño para poder desayunar juntos, aunque él ya estaba por terminar.
Malcom me ayudo y dejamos la casa limpia, la castaña todavía dormía, no quería despertarla, pero yo ya me tenía que ir al entreno y no quería que el pequeño se quedará sin ser vigilado.
Le estaba preparando el desayuno a mi chica para llevarse a la cama y avisarle que ya me iba, al llegar al cuarto estaba ahí, dormida muy plácidamente.
-Linda, oye- Dije susurrándole al oído mientras le quitaba el pelo de la cara.
Ella solo se quejo y se volteo dándome la espalda.
-Maya ya me tengo que ir- Seguí insistiendo.
-¿A donde vas?- Pregunto adormilada.
-Tengo que ir a entrenar, ya es tarde- Informe.
Ella se estiro y se froto los ojos, se incorporo en su lugar y me regalo una sonrisa. ¿Ya les había dicho lo mucho que amo su sonrisa?
-Buenos días bella durmiente- La salude mientras le acercaba la charola del desayuno.
-Buen día- Saludo- ¿Me preparaste el desayuno?
Yo solo asentí, ella rio un poco y se acerco para darme un beso en la mejilla.
-Suerte en tu entrenamiento, avísame cuando llegues ¿quieres?- Pidió ella.
Yo le dije que sí y tome mis cosas para irme al estadio. Me despedí de mi pequeño que se encontraba en la sala jugando con patín, como no había nada, él era feliz paseando.
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Quiero sentirme como antes y poder ser creativa para poder darles un mejor contenido, los quiero<3
