Zona Fronteriza - Sunki -

VII

— Nini, ¿cuando tendrás celular de vuelta? —  el rubio miró confundido a Sunoo, en todo el tiempo que llevaban juntos, era la pregunta más rara que había hecho.

— Lo perdí — fue una respuesta simple

— Nini, debes de comprar uno nuevo, nunca puedo comunicarme contigo, no se donde vives y siempre eres tu el que llega — Sunoo soltó un suspiró, recostado su cabeza en la pierna del rubio.

— Lo haré Sun, no lo había hecho porque no lo creía necesario, la única persona con la que me gusta hablar la veo diario, y tengo un teléfono fijo — Ni-ki comenzó a peinar los cabellos del pelinegro, quien se encontraba con sus ojos cerrados, mientras lo escuchaba.

— a veces necesito hablar contigo cuando te vas, te extraño — el rubio se sonrojo, algo que no fue notorio por el pelinegro, pero si aquel beso que fue robado de sus labios.

— Tonto — las mejillas de Sunoo se encontraban de un color carmín muy evidente.

— Aún así me quieres

— Si, lo hago, aun así te quiero.

La respiración del pelinegro cada vez era más lenta y tranquila, sus párpados comenzaron a pesar hasta que cayó dormido en las piernas del rubio.

Quien sólo sonrió de ternura por aquella bella imagen, Sunoo dormía tranquilamente, su mirada pacífica y el aura tan tranquila que emitía lograban que el corazón de Ni-ki palpitara rápido, pero al mismo tiempo doliera.

— Mi querido Sun, realmente te amo mucho — el rubio deposito un beso en la frente del pelinegro, para después mover lo con sumo cuidado, acomodando su cuerpo en la cama del mayor, tomó una pequeña hoja de la mesita de a lado, anoto su número telefónico con un pequeño mensaje.

"Llamame"

Dejo aquella nota en la misma mesita, para después salir de la habitación del pelinegro, al bajar las escaleras se encontró con Sunghoon bebiendo una taza de café.

— ¿ya te vas? — el pelinegro mayor preguntó.

— Si, es un poco tarde — Ni-ki quién caminaba directo a la salida, se detuvo para hablar con Sunghoon.

— Ni-ki, ¿sabes que el te ama?, ¿no? — Sunghoon dejo la taza de café a un lado, acercándose a Ni-ki quién permanecía en su lugar.

— Lo sé, y yo lo amo a él — el pelinegro asintió.

— Bien, amalo demasiado Ni-ki, el te va a necesitar, y también debes de cuidarlo por mi — el rubio solo sonrió para después asentir.

— lo haré hasta el último momento.

— Bien, espero sea así, o yo mismo te mando al infierno — el rubio soltó una sonora carcajada, del tiempo que el y Sunghoon llevaban de conocerse, lo que más le divertía eran aquellos celos de hermano mayor.

— lo tendré en cuenta, nos vemos — Ni-ki salió de aquella casa, la noche comenzaba a llegar, dejando a un Sunghoon aun con su taza de café.

— Hoon, ¿estabas amenazando al Ni-ki? — Jake quién se encontraba aún en el hogar se acercó al pelinegro.

— Claro que no — Sunghoon negaba con la cabeza.

— Hoonie, Sun estará bien — el pelinegro solo pudo suspirar

— Lo sé, solo, es mi hermanito y lo quiero cuidar, lo quiero mucho Jakey — el castaño sonrió para después besar la mejilla del más alto.