Zona Fronteriza - Sunki -

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Por décima vez en el día se escuchaba un gran suspiró por toda la casa, la televisión cambiaba constantemente de canal, Sunoo no encontraba nada interesante que ver.

— ¿que pasa cariño? — la madre del pelinegro entraba a la sala donde se encontraba su hijo menor.

— Nada, solo estoy aburrido, no hice nada divertido antes de entrar a la universidad y hoy es mi último día de vacaciones — nuevamente soltó un gran y alargado suspiro.

— Sunghoon irá esta noche a una fiesta, por que no vas con él — el pelinegro volteo a ver a su madre con un cara de total flojera.

— ¿que pasa enano?, ¿no quieres acompañarme?

— Sunghoon son puros universitarios de entre 20 y 21, yo apenas tengo 18 no sabría que hacer — Sunghoon despeino un poco el cabello de Sunoo, ganándose una queja por parte de menor.

— Anda, vamos, también irá Jake, a lo mejor y hasta te consigues un novio — tanto la madre de ambos como Sunghoon rieron por la cara de desagrado del menor.

— Ja ja muy gracioso, pero esta bien, no tengo nada mejor que hacer — Sunghoon celebró internamente.

— Muy bien cariño, además no pones un pie en la tienda de la esquina, te irá bien salir con tu hermano — el pelinegro asintió para después subir a su habitación y comenzar a arreglarse.

Varias horas después, los tres se encontraban en aquella fiesta, Sunoo jamás había ido a una donde estaba tanto adolescente de entre 19-21 años, Jake y Sunghoon estaba junto a él en todo momento, aunque solo Jake bebía, decidió probar aquel trago que bebía su mejor amigo.

Mala idea a su parecer, jamás había bebido, así que a las primera dos copas se sentía mareado, no sabe en qué momento fue, pero ya se encontraba en el auto junto a su hermano y su mejor amigo.

— ¿A donde vamos? — la voz del pelinegro se escuchaba baja, se notaba el alcohol en su sangre.

— A casa Sun, tú y Jake están muy borrachos.

— No debes manejar borracho Hoon. — el pelinegro negó ante la voz y las palabras poco entendíbles de Sunoo.

— No estoy borracho Sun, tu si — Sunoo comenzó a cerrar sus ojos, el cansancio empezaba a invadirlo.

La noche y la carretera eran oscuras, había niebla alrededor logrando que la vista fuera muy limitada, solo se podía ver unos cuantos metros a lo lejos.

Lo último que recuerda el menor es ver aquellas luces frente al auto, el rostro de Sunghoon en total pánico, como sus manos movían el volante para tratar de evitar aquel impacto, los vidrios comenzaron a romperse y su oídos a zumbar.

El rostro de su hermano se impactaba al volante, el cuerpo de Jake quién estaba totalmente dormido golpeaba la ventana, lo último que recuerdan sus ojos es ver aquella horrible escena.