21

125K 8.4K 405
                                    

Editado

Contrólate Cass, contrólate y dí lo primero que se te venga a la mente.

-¿Sasha tiene un engendro creciendo en su estómago?- Dije abriendo la boca de a poco.

-Cassidy esto es importante.- Susurra Ashton.

-¡Claro que lo es!- Digo alzando la voz. -¿En qué pensabas? Ashton tienes 18 años, cambiaste tu vida, tu futuro, tus proyectos, todo. ¿Como harán para cuidarlo? ¿Como harás para ir a la universidad? Piensa en Sasha, dejará el colegio. Sus estudios, ella ama estudiar.- Me paro de la cama y lo miro con el ceño fruncido mientras las lágrimas caen por mi cara.

-¿Crees que no lo sé? ¿Piensas que yo quería tener un niño a los 18 años? ¿Seguir los pasos de mamá?- Se paró de la cama y me miró alzando los brazos. -Cassidy esto es... Muy difícil para mí. Si a ti te duele, ponte en mi lugar, en el lugar de Sasha. No necesito que me regañes, ya sé que lo que hice esta mal, que fue un error, que debí cuidarme... Necesito de mi hermana, necesito que me apoyes en esto... Cassy te necesito.- Volvió a sentarse en la cama y enterró su cara en sus manos.

-Ashton yo voy a apoyarte en todo momento. Sabes que si necesitas que lo cuide o... Lo que sea, yo estaré ahí. Al fin y al cabo será mi sobrino. Y si Sasha decide no tenerlo, debes respetar su decisión y apoyarla en todo momento. Lo sabes, ¿No?

-Si, lo sé.- Su voz sonaba apagada, se lo notaba triste, preocupado, con miedo.

Estuvimos varios minutos en silencio. No podía dejar de pensar en Sasha, sabía que era duro para Ashton, pero ¿Ella? Su vida cambiaría por completo, sus padres estarán decepcionados, son demasiado conservadores. Debía hablar con ella lo más pronto posible, debía saber que ante cualquier decisión, estaría a su lado.

-¿Ya saben que harán?- Pregunté luego de un silencio tenso.

Ashton suspiró y enredó sus dedos en su cabello. Negó con la cabeza.

-Sé que ella quiere tenerlo, pero nos hemos enterado hoy, no tuvimos tiempo de pensar en nada, sé que me mantendré a su lado pase lo que pase y daré lo mejor para el niño, pero... No lo sé Cass, a penas sé cuidarme a mí mismo, ¿Cómo cuidaré de un bebé? Dios mío.- Se puso de pié y comenzó a dar vueltas por todo el cuarto, se notaba a leguas lo nervioso que estaba.

No sabía qué decirle, no sabía que le iban a decir mis padres, si iban a apoyarlo o qué. No podía ponerme en su lugar por más que lo intentara. Ashton era muy jóven para ser padre, Sasha no está ni cerca de terminar el instituto. Aún así, sabía que podrían superarlo de alguna manera, porque si algo tienen en común, es que ambos son más duros que una roca, y ambos tienen la habilidad de salir de situaciones difíciles con la frente en alto.

-¿Qué le dirás a mamá y papá?- Pregunté.

-No lo sé, no quiero alargarlo mucho más, cuando lleguen a casa les diré todo.- Alzó la mirada y clavó sus ojos suplicantes en los míos. -Tú estarás a mi lado cuando les diga, ¿Cierto?

-Pues claro, Ashton, eso no tienes que dudarlo ni un segundo.- Dije sin pensar. -Claro que estaré a tu lado.

Con lágrimas en los ojos, me puso entre sus brazos y comenzó a llorar silenciosamente.

La situación se estaba tornando bastante incómoda, no se por qué me salía tratarlo como si fuera un niño indefenso, sentía que necesitaba protección y apoyo en un momento como éste.

-Por Dios, que sea parecido a Sasha y no a tí. Háganle un favor a ese niño.- Dije bromeando. Logré que Ashton soltara una pequeña risa. -Vamos a comer, intentaré cocinarte algo. Distráete un poco.

Bien, no se por qué dije eso, no sé ni hacer un arroz. Pero bueno, haré lo único que jamás me falla: Macarrones con queso.

Mientras esperaba que el agua llegara a su punto de ebullición, llamé a Sasha. Ashton estaba en la sala de estar mirando una película.

-¿Hola?- Dijo la morocha del otro lado del teléfono.

-Hola, Ash me contó todo, ¿Cómo te sientes?- Pregunté dulcemente. -¿Quieres que vaya a tu casa?

Ella suspiró.

-No lo sé, sabes que siempre quise ser madre, pero no sabía que sería tan pronto. Estoy asustada, sé que Ashton no me dejará sola, pero... Siento que le he arruinado todo, ¿Sabes? Me siento culpable.- Se la escuchaba calmada, conociéndola, hacía diez minutos estaba enloquecida. Pero así es ella, se toma su tiempo, descarga todo tipo de emociones y luego racionaliza.

-Hey, no es tu culpa y lo sabes, es algo que hicieron los dos. Saben que debieron haberse cuidado, esto podría haberse evitado. Si tú no estás segura de tenerlo y no quieres hacerlo, yo te apoyaré, Ashton te ayudará, y estaremos para ti en cualquier decisión que tomes. Y en el caso de que quieras tenerlo, oh por dios, no puedes negar que seré la mejor tía del mundo.- Ella soltó una risa dulce del otro lado del teléfono. -¿Quieres que vaya a tu casa?- Volví a preguntar.

-No, tranquila, quédate con Ash, él seguro te necesita.- Luego de unos momentos de silencio volvió a hablar. -Entiendo todo lo que dices, pero creo que seguiré con el embarazo, sé que puedo hacerlo, si Ashton no quiere acompañarme, lo respetaré. Pero sé que este niño me hará muy feliz.

Sonreí al escuchar sus palabras, es tan fuerte, a veces me gustaría ser como ella. Es de las mejores personas que conozco.

Tuve que despedirme rápidamente de ella, no antes sin decirle que la amo, ya que la puerta se abrió y de ella entró mi madre. Era hora de que Ashton le contara.

Fui a sentarme con él en el sofá, lo noté tenso y nervioso, su piel estaba pálida.

-¿Le dirás ahora?- Pregunté.

-En unos minutos, solo tengo que... Tomar fuerzas.

Asentí con mi cabeza y me quedé en silencio con el, hasta que el timbre sonó.

Me parecía raro ya que ninguno de los dos esperaba a nadie. Miré a mi hermano extrañada y fui a abrir la puerta.

No podía creer lo que veían mis ojos, ¿Qué hacía aquí? Solo venía a empeorar las cosas. Tenía sus ojos rojos, una sonrisa ladeada y mirada cansada.

Luego de mirarlo fijamente atónita, fruncí mi entrecejo y corrí la mirada.

-Hola, Alex.

Un Perfecto ImbecilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora