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Editado

-Oye, ¿me acompañas hoy al cementerio?- Preguntó Alex.

Hoy se cumplían cinco meses desde la muerte de Bryanna. Alex parece haberlo superado, bueno, no lo superó, es decir, nunca superas la muerte de alguien querido, solo aceptas que ya no está, pero eso no significa que te deje de doler, solo aprendes a vivir con ese dolor.

-Lo lamento, Alex, no puedo, tengo que ir a la casa de Sasha, esta mal por... Ya sabes, Cárter.- Hablé lamentándome. -Pero si quieres luego podemos ir a algún lado, ¿Quieres?-

Cárter es el hermano mayor de Sasha, cumplió los 27 años hace poco, y se mudó a Toronto con su nuevo hijo y su nueva esposa, prácticamente Sasha siente que el la abandonó. Por eso tenía que ir con ella a ayudarla, o animarla, o lo que sea.

-Perfecto, nos vem...- Alex no terminó de hablar que una chica delgada, con grandes pechos. Cabello perfectamente rubio y maquillaje hasta en el trasero grito.

-¡Zorra! ¡Aléjate de mi novio!- Sip, esa era Dacota Hanks. La típica rubia-zorra-plástica que está completamente enamorada de Alex, y me hace la vida completamente imposible.

-Hey, cariño, tranquila.- Reí.

-¿Tranquila? ¿¡Tranquila!? Alex es mío, así que ¡Lárgate pequeña mocosa! ¿O no, Alex?- Lo miró abrazándolo y gritó tan agudamente que creo que tengo sangrado interno de oídos.

-¿Me perdí de algo?- Alcé una ceja hacia el.

-Alex y yo estamos saliendo.- Dijo con una sonrisa irónica.

-Dacota, estábamos. Ya supéralo.- Corrigió Alex.

¿Nunca les pasó que se sienten confundidos sin saber qué mierda pasa? Bueno, así me sentía en ese instante.

-Que tierno eres.- Le tocó la nariz con el dedo índice. -Pequeño intento de zorra, Alex es de mi propiedad, así que aléjate de el, porque soy posible de hacer cualquier cosa.- Dijo detenidamente.

-Que miedo que me das.- Ironicé.

-Mas te vale.- Sonrió.

-Bien.- Dije.

-Bien.- Contraatacó.

¿Y ésta quién era? ¿Que tipo de super estrellq se creía esta tarada? Por dios, zorra se nace.

Aparte, Alex no es de ella, ni lo será en millones de años, Alex no es de nadie. Alex es de Alex.

Y no, no estoy celosa, solo... Quiero que sea libre.

No. No estoy celosa.

Sólo tengo ganas de matar lenta y dolorosamente a la perra inmunda de Dacota

¿Porque me sentía así? Es decir, yo no siento nada por Alex. Desde aquella vez hace cinco meses atrás, donde nos besamos, no ha pasado nada mas, acordamos en olvidarnos completamente de aquella situación y seguir con nuestras vidas. Debo admitir que nos hicimos muy buenos amigos en estos últimos meses, y que aún no me olvidé de aquel beso, aunque no pienso en decírselo.

Y no. No me gusta Alex. 

-¿En que momento salieron?- Pregunté alzando una ceja.

-Hace unos meses, nada serio. Pero ella se quedo encerrada en nuestra "relación" y sigue pensando que salimos.- Rió.

-¿Bien?- Mire extrañada.

Alex miro por detrás de mi y luego me rodeó con su brazo.

-¿Hoy voy a tu casa, Cielo?- Preguntó.

-¿Cielo? ¿Alex qué haces?- Traté se zafarme de sus brazos.

-Solo sígueme el juego.-

Luego me di cuenta, Connor pasaba por nuestro lado, con una mirada asesina hacia Alex.

Luego se acercó a nosotros.

Mierda.

-¡Hola, Cass! ¿como has estado? Veo que no has perdido nada de tiempo en reemplazarme.- Apretó los dientes en la ultima frase. Idiota.

-Si, claro, como tú con la Australiana.- Sonreí irónicamente. -A propósito... ¿No era que te mudabas a Australia?-

-Solo era una excusa para dejarte.- Dijo despreocupado.

-Imbécil.- Susurró Alex por lo bajo.

-Oh, parece que tienes nuevo novio.- Se percató de la presencia de Alex.

-Sip, y es mucho mejor que tú... En todos los aspectos.- Lo miré de arriba abajo.

-Zorra.- Susurró.

-Tu mamá.- Dije.

-Cariño, sera mejor que nos larguemos.- Dijo Alex con la mandíbula apretada.

-Bien, amor.- Le tome de la mano y me largué dejando atrás a Connor.

Al finalizar el horario escolar, Alex me acompañó hacia mi casa, como todos los días. Hoy Ashton había faltado a clases y a Sasha no la vi en todo el día. Raro, ¿No?.

Al entrar a casa, nos encontramos con Ashton dormido sobre las piernas de Sasha en el sillón, ésta estaba con una mano con su celular y otra sobre la cabeza de mi hermano acariciando su pelo.

-Sash... Amiga de mi alma, quiero que me expliques esto.- Los señalé.

Ella miró a Ashton y luego a mi.

-Ash, despierta.- Sacudió a mi hermano. Este se despertó con los pelos alborotados, los ojos rojos y muy mala cara, luego, cuando vió a Sasha, sonrió, después dirigió la mirada hacia mi y su cara cambio a preocupación.

-Sasha, ¿Le decimos?- Dijo Ash rascándose la nuca.

Sasha asintió.

-Bien, verás Cass, ¿Sabías que hace mucho me gusta Sasha? Bueno, la cosa es que hoy vino a casa, es decir, la llamé para que venga y vino, le dije lo que sentía por ella, pero no así, si no que le dije que era muy linda y una cosa llevo a la otra y nos besamos y luego...- Sasha detuvo los balbuceos de mi hermano y lo interrumpió.

-Somos novios.- Dijo sin rodeos y con una sonrisa en el rostro.

Los examine a los dos con mala cara, y luego mire a Sasha.

-¡WOW!- Grité entre risas mientras la abrazaba. -SASHA, YO LO SABÍA, ¡SASHTON! ¡SASHTON ES REAL! ¡MAMÁ SASHTON ES REAL! SUS HIJOS SE LLAMARÁN FILADELFIO Y RODOLFA, LO SABÍA, SABÍA QUE IBAN A SER NOVIOS.- Luego me puse a saltar y hacer bailes exageradamente extraños.

-Hey, cálmate.- Río Sash. -Y tú cuando saldrás con Al...-

-NUNCA.- Ashton le cortó el habla.

-Uhm... ¿Cass? ¿Podemos hablar en tu cuarto?- Dijo nerviosamente Alex.

-¿Claro?- Respondí confundida. Subimos las escaleras hasta llegar a mi habitación. -Bien... ¿Qué sucede?- Pregunté.

Al darme vuelta, Alex se encontraba mirándome seriamente, sin decir una sola palabra. -¿Alex? ¿Estás bien?

Pero como dije, no obtuve respuesta.

Se acercó lentamente hacia mi y puso una se sus manos en mi cuello, y luego se deslizo hasta mi nuca. Rápidamente acerco mi cara hacia la suya y me besó fuertemente y luego suave.

Dudé unos segundos, pero luego le respondí.

-¿Qué fue eso?- Dije con una pequeña sonrisa en el rostro.

-¿Recuerdas el beso de hace cinco meses atrás?- Preguntó aún sosteniéndome de la nuca.

-Claro.- Sonreí al recordar ese día.

-Bien... No dejo de pensar en aquella noche.- Bajo su mano hasta mi cintura y me miro fijamente con sus ojos cafés. -Siento algo fuerte por ti, Boomer.-

Luego sin decir nada más, se marchó de mi habitación y luego se oyó su auto en marcha, yo me quedé ahí parada con la palabra en la boca tocando atónita mi labio inferior con una mano.

-Yo también, Samuels.- Susurré.

Un Perfecto ImbecilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora