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-¡Felices cuatro meses, Cassper!- Alex entró a la casa con una gran caja y un moño.

-¡Oh, te acordaste!- Dije enternecida. Los últimos dos meses se olvidó.

-Claire y River me obligaron a colgar un calendario en mi espejo, si.- Dijo rascándose la nuca con nerviosismo.

-Lo sabía, Claire me dijo.- Palmee su hombro y saqué una cajita dorada del cajón del mueble. -Toma.

Abrió la cajita y sacó los dos papeles.

-¿En serio Cass?- Sonrió ampliamente y me miró. -Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo.- Gritó abrazándome y llenándome de besos.

Mi regalo para él, fueron dos entradas para ver a su cantante preferido: Bruno Mars.

-Bueno, yo te compré esto.- Acercó la caja que le llegaba hasta la cintura, hasta mi. La abrí con algo de desconfianza, quien sabe lo que te pueda dar Alex Samuels en una caja.

Hace un par de semanas fuimos a una tienda de música, una guitarra de color azul me había enamorado, pero ya tenía una, así que mi padre no me la quiso comprar. Y adivinen que me encontré al abrir la caja: La guitarra.

-Dios mio.- Fue lo único que dije.

-¿No te gusta?- Dijo Alex entre sonrisitas.

-¡Me encanta, idiota! Te amo, gracias, te amo, eres el mejor.- Salté encima de el y lo abracé. -Bien, respiremos, mañana es tu gradación... Y no se que ponerme.

Mañana, Alex y Ashton se graduarían, Alex irá a la facultad de abogacía Aquí en Nueva York, y Ashton, obviamente, irá a una universidad a unos treinta minutos de la ciudad, para estudiar psicología. ¿Genial, no?

-No creo que tengas que ir tan... Wow.- Dijo haciendo expresiones con las manos.

-Es la graduación de mi novio, y de mi hermano, claro que tengo que ir "Wow".- Lo imito.

-Como digas...- Dijo en un suspiro. -Jamás voy a entender porqué las chicas tienen tanto problema con la ropa.-

-Y jamás lo entenderás.- Dije subiendo las escaleras. -Espera aquí, vuelvo cuando elija lo que me pondré mañana.-

-¿Moriré aquí?- Dijo algo preocupado.

-Cállate idiota.- Le saqué la lengua y subí a mi cuarto.

Luego de una hora y media me decidí: Un jean estilo elefante blanco, unas plataformas blancas, una remera negra al cuerpo y un saco negro. Doblé la ropa y la dejé sobre la silla del escritorio.

-Listo.- Bajo dando saltitos a la escalera. -¿Que quieres hacer?

-¡Tarde de películas y mucha mucha comida!- Dijo como nene pequeño.

-Vayamos a comprar esa mucha mucha comida.- Ruedo los ojos y miro mi "vestimenta". -Ve tu, no iré con mi pijama de jirafitas al súper.

Rió y me tomó de la cintura con las dos manos.

-Me gusta tu pijama de jirafitas.- Dijo entre risas.

-Que romántico.- Rodé los ojos y besé su nariz. -Helado, chocolates y gomitas. Muchas gomitas. Ve, campeón.

-¿Campeón?- Alzó una ceja mientras caminaba hacia la puerta.

-Lo que escuchaste, apúrate.- Y me senté en el sillón, a ver Bob Esponja.

Si, Bob Esponja.

Mientras Alex llega, les hablaré de lo que fueron estos cuatro meses: Alex y yo peleamos un par de veces, pero solo por idioteces, todo esta mas que genial. Sasha y Ash pelearon -siguen peleados- porque la semana pasada el doctor dijo si querían saber el sexo del niño, Sasha quería que fuera sorpresa, y Ashton no, pero como papá diría "Mami siempre gana" y no sabemos que es el pequeño monstruo. Siguiendo con Sasha tiene una panza pequeña para sus ocho meses, aunque el bebé esta más que perfecto. Creo que... Eso es todo. Muy interesante.

Un Perfecto ImbecilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora