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Me miró fijamente, como si solo existiesen mis ojos en el mundo. Suspiró profundo mientras sostenía su mirada en mí, su cara expresaba tristeza, como... Pidiéndome perdón.

-Entiendo.- Asentí girando sobre mis talones y tomando dirección hacia mi casa. -No estoy enojada... Puedo entenderlo y aceptarlo.- Sonreí forzadamente, mientras el me miraba aún confundido, mientras más me alejaba, más lágrimas reprimidas se juntaban en mis ojos, forzando no llorar, y parecer la chica mas feliz y alegre del mundo.

Mi celular vibró. Lo saqué, suponiendo que era Aaron, Sasha, Ashton, o incluso Sara. Pero no.

Alex:

No creas que te dejaré ir en la primera semana de relación.

Volteé con una expresión de confusión y me asusté, al darme cuenta de que estaba a pocos centímetros de mi.

-¿Sabes cuál es la diferencia, entre tú y Hailey?- No dije nada, así que dejé que siguiera hablando. -Que tú eres única, y perras fáciles como ella, hay millones.

Me reí por su comentario, por su piropo barato. En estos momentos, el podía decirme cualquier cosa, que yo la aceptaría.

-Tú fuiste un perro con ella. Ambos estuvieron mal. Pero tú no te salvas, entiende que fuiste el peor.- Dije seria. -Jamás te perdonaría si me hicieras algo así. Y no llames perra a Hailey, la heriste de sobremanera.

Blanqueó sus ojos sostuvo mi cara entre sus manos, para mirarme fijamente.

-Sé que fue un error. Pero cambié, te lo juro. Jamás te haría algo así, jamás sentí por alguien lo que siento por ti. Ni siquiera por Hailey.- Dejó un pequeño beso en mis labios y en la punta de mi nariz. -Si algún día llego a lastimarte de alguna manera, prometo yo mismo tatuarme "Niño con ovarios" en la frente.

Me reí ante su comentario. Decidí darle una oportunidad. Yo no era Hailey. Alex había madurado, fue una mala relación del pasado. Podía arriesgarme a tener algo lindo con el.

-Bien. Trato hecho.- Estiré una mano para estrecharla con la suya. -Muero de hambre.

Fuimos al McDonalds más cercano y nos sentamos en una mesa a comer. Entre charla y charla, nos distraimos y pasaron horas.

-Oye, quería agradecerte.- Soltó de la nada. 

-¿Agradecerme?

-Si, agradecerte, gracias a tí soy quien soy ahora, no hubiera podido estar bien ni arreglar la relación con mis hermanos de no haber sido por tí.- Dijo concentrado en sus papas fritas.

-Uhm... ¿De nada?- Respondí confundida. -¿A qué se debe todo esto? Tan de la nada

El rió y no respondió a mí pregunta. Sólo me lanzó una papa a la cara.

-Quiero que todo esto sea completamente oficial. Conocer a tus padres, arreglarme con Ashton y ser los mejores cuñados-mejores amigos que existan en el universo. Estoy enamorado de ti y quiero todo contigo. Sueño con nuestro futuro y con que esto funcione.- Lo miré enternecida.

De la nada, se me ocurrió una idea. Algo a lo que no podía decir que no.

-Ven a cenar a casa, así conoces a mis padres como mi novio.- Le dije entusiasmada. Su cara palideció.

-¿Cómo?- Preguntó.

-Si, hoy, ven a cenar. Dijiste que querías conocerlos.- Respondí con una sonrisa pícara. -¿O sólo querías comprarme con esas palabras?

Se quedó boquiabierto unos instantes. Comenzó a balbucear cosas inentendibles.

-¡Alex!- Grité llamando su atención. -¿Vas a ir o no?

-Pues... Si. Estoy nervioso y probablemente tu padre y tu hermano conspiren contra mí para asesinarme, pero sí.- Contestó finalmente con una sonrisa.

-Wow, que valiente. Un caballero.- Dije sarcastimamte.

-Por ti baby, sería Batman.- Dijo haciendo una muy mala imitación del gato con botas mientras me guiñaba el ojo.

Le lance una papa riendo, tal cual él hizo conmigo, conversamos un rato más hasta que llegó la hora de irnos.

Paseamos por el parque tomados de la mano, jugando entre nosotros, dándonos besos, éramos una pareja "goals" visto desde otro ángulo. O eso pasaba en mi cabeza. Probablemente nos veíamos ridículos. Pero si estaba con el, no me importaba como nos vieran los demás. Cuando me tomaba la mano, solo éramos el y yo en el mundo. Y nada, ni nadie, ni siquiera el pasado podía separarnos.

Se hizo de noche y mi madre ya comenzaba a preguntar por mí. Decidí que era hora de volver a mi casa. Le avisé que llevaría a un "amigo" para que prepare la cena acorde a la cantidad de personas que éramos.

-Estoy nervioso.- Dijo Alex a mi lado limpiando sus manos sudadas. -Muy nervioso.

-Pues deberías, vas a conocer a mis padres formalmente como mi novio. Y veremos a Ashton reaccionar ante eso.

Soltó una risa sarcástica y tiró su cabeza hacia atrás. Realmente estaba nervioso.

Habíamos llegado a la entrada de mi casa. Saqué mis llaves y abrí la puerta. Una vez dentro, mi madre fue a saludarnos.

-¿Alex es el amigo que ibas a traer?- Pregunta alzando una ceja. Papá se puso detrás de ella mirando extrañado.

-No.- Contesté. -Mamá, papá, les presento a mi novio.

Un Perfecto ImbecilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora