Hasta que el hilo se rompa (CORRIGIENDO) [#1]

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CAPÍTULO 19

Abro los ojos cuando el sonido de un trueno me despierta. Me sobresalto en la cama y quiero taparme hasta la barbilla como hacía de pequeña, pero los brazos fuertes de Thiago me lo impiden.

Me está abrazando por la espalda y no quiero despertarlo, así que evito moverme y miro la ventana. Las gotas empiezan a dar contra ella con fuerza y el cielo lleno de oscuras nubes brilla. No sé cuanto tiempo estoy mirando las gotas, pero llevo unas cuantas carreras y todas perdidas.

Detrás de mí, Thiago gruñe al escuchar otro trueno. Coge la colcha y nos tapa a ambos hasta arriba. Aprovecho que se está moviendo para darme la vuelta y mirarlo. Sigue con los ojos cerrados y abrazándome, como si de nuevo, temiera que me fuera.

—Buenos días—susurra con voz ronca.

Carraspea y suelta un suspiro.

—Hola—respondo en voz baja.

Sigue sin abrir los ojos, se limita a acariciar mi cintura y una de sus manos baja a mi muslo desnudo. La sudadera se ha subido por moverme tanto en la cama y él no se da cuenta de lo que su roce causa en mí. No quiero que pare, pero no puedo evitar ponerme nerviosa.

—Vaya tormenta, eh—abre los ojos con dificultad—. ¿Tienes frío?

—No.

—Bien—aleja sus manos de mí y se estira—. ¿Cómo has dormido?

Vuelve a su posición principal, abrazándome por la cintura y acercándome mucho más a él.

—Muy bien—le sonrío. No sabía que dormir abrazada a alguien sería tan cómodo—. ¿Y tú?

—De maravilla.

Acerca sus labios a los míos y deja un casto beso en mis labios.

—Te diría que hiciéramos el desayuno, pero estoy muy cómodo aquí.

Sonrío cuando vuelve a acercarse para besarme, pero el sonido de su móvil hace que se aleje sobresaltado. Estira el brazo hacia la mesita de noche y, tras fruncir el ceño y ver quién es, me lo muestra.

—¿Félix? —inquiero.

Se encoge de hombros y descuelga. Sorprendentemente, lo pone en manos libres y lo sujeta frente a los dos.

—¿Félix? —inquiere Thiago—¿Pasa algo?

—¿Está Jess despierta? —es lo primero que dice.

Frunzo el ceño. No me sorprende que sepa que estoy con Thiago, le habrá preguntado a mi hermano. Lo que me inquieta es la urgencia en su voz.

—Te estoy escuchando—le advierto.

—Tengo que hablar contigo—se apresura en decir—. Estoy en tu casa esperándote.

Miro a Thiago, se encoge de hombros.

—Ni siquiera me he levantado aún de la cama—me quejo.

—¡Arriba el culo! —exclama y me sobresalto—. O vienes tú o voy yo.

—Félix... —suspiro, pero sé que no tengo más opción.

Algo me dice que está enfadado conmigo y temo que Jeremy le haya dicho algo.

—No quiero excusas, ayer estuvisteis todo el día juntos. Hoy me toca a mí.

No espera a que diga nada más y simplemente cuelga. Thiago apaga el móvil y lo deja en la mesita como anteriormente. Me mira confuso, pero estoy igual que él así que no puedo decirle nada. Me limito a encogerme de hombros y quitarme las sábanas del cuerpo para incorporarme en la cama.