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CAPÍTULO 20

Me estiro cuando salgo del aula de literatura, era mi último examen.

El pasillo del instituto está vacío, los alumnos que ya habían terminado han decidido no venir y los demás siguen haciendo los exámenes. Decido esperar a Félix y Ailén en la cochera del instituto, conociéndolos tardarán media hora más.

Veo a algunos chicos del equipo fuera, apoyados en el coche de Thiago en círculo. Veo al dueño del coche, quién me dedica una gran sonrisa que hace que me tiemblen las piernas. Se aleja del grupo sin decir una sola palabra y se acerca a mí. Me abraza sin hablar, algo me dice que ha pasado algo.

—He aprobado todos los exámenes, Jess—murmura en mi oído.

Abro los ojos como platos y me alejo de él con un suave empujón al darme cuenta de lo que ha dicho.

—¡Lo has conseguido! —grito de la emoción— ¡Enhorabuena!

Vuelvo a lanzarme a sus brazos con euforia. Dios mío, después de miles de clases y sufrimientos porque es demasiado perezoso para ponerse a estudiar, lo ha conseguido. Sabía que lo haría, pero escucharlo me hace mucha ilusión.

Se ríe en mi oído levantándome en volandas mientras me abraza.

—Gracias—dice, mucho más tranquilo que yo.

Se aleja unos centímetros de mí, pero sus manos siguen rodeando mi cintura. Lo miro con una sonrisa llena de orgullo.

—Ha sido todo por ti.

—No seas modesta, por favor—se burla—. Me has ayudado mucho y has tenido mucha paciencia.

—Era mi trabajo.

Thiago me pasa las manos por mis brazos desnudos acariciándome y me estremezco. El sol brilla con mucha fuerza hoy y hace algo de calor, así que me he quitado la sudadera quedándome en una camiseta blanca básica de manga corta.

—Has terminado los exámenes también, ¿verdad?

—Sí—suelto un suspiro aliviada—. Ya era hora.

—Y que lo digas—me pasa un brazo por los hombros poniéndose a mi lado—. ¿Vamos a celebrar?

Aprieto los labios y tengo que obligarme a negar con la cabeza.

—No puedo, tengo que esperar a Félix y Ailén.

—¿Habéis quedado después? —frunce el ceño.

—Sí, tenemos que hablar de un par de cosas.

Aún no le he dicho la verdad a Ailén y Noah. Menos aún a Thiago.

—Me gustaría pasar tiempo contigo a mi también—ladea la cabeza con una mueca—. El lunes y ayer estuviste con ellos y no te vi ni el pelo.

Paso mis brazos por sus hombros abrazándolo.

—Teníamos que estudiar.

—¿Estarás todo el día con ellos?

—No creo.

—Te recojo cuando anochezca entonces.

Se inclina hacia mí y me planta un beso en los labios que me deja totalmente sorprendida. Tardo en responderle un par de segundos, pero después mis labios se mueven contra los suyos.

A un lado, escucho vitoreos y aplausos que seguro vienen de los chicos del equipo. No puedo evitar reírme en sus labios y él sonríe también. Son un grupo de idiotas a los que les he cogido cariño.

—Te echaba de menos—susurra aún pegado a mí.

Dejo un último beso casto en sus labios y termino por alejarme con una sonrisa. Yo también le he echado de menos, pero no se lo digo.

Hasta que el hilo se rompa (CORRIGIENDO) [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora