━━X: a kingdom without hope

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━━CAPÍTULO DIEZ━━

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━━CAPÍTULO DIEZ━━

【 UN REINO SIN ESPERANZA 】

Todo era oscuridad, su cuerpo estaba paralizado y el dolor se sentía tan lejano. Hasta que, lentamente, un sabor metálico se instaló en sus labios. Pudo ser capaz de escuchar pisadas y voces, intentó concentrarse, pero el dolor era tanto que no podía emitir fuerza alguna para abrir los ojos. Escuchó que la llamaban, repetían su nombre una y otra vez. Sigrid. Sigrid. ¿Por qué no la dejaban? Estaba entre la nada y el todo.

Sigrid, despierta.

—Papá.

Podía ver su silueta, estiraba una mano hacia ella para que la aceptara. El brillo de sus ojos le dio las fuerzas necesarias, el dolor en su cuerpo no era el suficiente para separarla de su padre. Estiró los dedos como pudo, aferrándose al contacto con su padre, pero cuando finalmente sostuvo su mano la realidad la asestó de un golpe tan doloroso. El aroma a sangre llegó a sus foses nasales y sintió el dolor en su cuerpo más profundo, se giró para comprobar si era ella la que tenía esos rastros de sangre, pero de su cuerpo solo pudo distinguir las rasgaduras de su vestido, las mangas se las habían arrancado al igual que parte de la falda y las habían usado para amarrarle tanto brazos y piernas. Cerró los ojos con fuerza tratando de evadir su mayor temor, pero fue demasiado tarde cuando su respiración se volvió frenética y su corazón latió con rapidez.

—Sigrid... Sigrid.

La kainiana abrió los ojos para ver a su hermano sentado en un extremo y atado. Tenía golpes por todo el rostro y la sangre era perteneciente a él. Aquello que veía era mucho e inesperado, pero su cerebro no tenía las fuerzas para procesar la información, tuvo un mareo y cerró los ojos. Su pesadilla se volvió real. Estaba en la cueva con los dragones, tenía diez años y la ropa le quedaba ajustada, no podía respirar y ellos la miraban como una presa, pudo escuchar sus gruñidos cuando ella intentaba acercarse para robar un poco de la comida que llevaban consigo. La sensación se revivió en su interior, se abrazaba a sí misma, al fondo de esa cueva, mientras tomaba sus rodillas y se encogió lo suficiente para no ser visible.

—Sigrid. —La voz de Erwan era lejana, seguía en esa cueva, asustada—. Sigrid, abre los ojos.

Las lágrimas de deslizaron bajo sus ojos, estaba cansada y no podía dormir. El miedo hacia los dragones era tanto, que siempre estaba alerta. Su voz tembló cuando aspiró una bocanada de aire, pero sus labios emitieron un verso débil.

D-D-desde la noche s-sigo las estrellas —murmuró, la voz mezclada entre los sollozos. Aquello era lo que se decía cuando sentía que no podía soportar más vivir en esa cueva— y tu cielo gobernaré. D-desde el día protejo a mis inferiores y-y a tu cuidado estaré.

—Sigrid, escúchame. —¿Por qué podía escuchar a Erwan? Ella no estaba con él, ella estaba en... —. No estás en esa cueva, ¿está bien? Concéntrate, estás conmigo. Abre los ojos, Sigrid. Sigrid. ¡Sigrid!

Winds of Freedom | Hiccup Haddock ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora