Un salvavidas bajo la lluvia

Capítulo 2

Los aplausos, la euforia del momento cuando hizo aquella reverencia para retirarse por fin de aquel escenario, miro por última vez a aquella chica de ojos hermosos, se grabó en su mente aquella apariencia divina. Solo necesitaba una oportunidad, solo se necesita una mirada y ella le dio la mirada que tanto necesitaba.

Su rutina fue la misma, lo único que cambió despues de todo esto fue que por un momento no sintió aquel dolor que estaba sintiendo los últimos años, aquel dolor que le recordaba que estaba vacío, que ya no era capaz de sentir una mínima cosa que no fuera esa punzada en el pecho que lo hacía llorar por las noches, esa punzada que le decía que jamás desaparecería y por fin desapareció, por unos instantes desapareció pero ¿Como volvería a sentir esa paz? ¿Como volvería a sentir sus ganas de vivir? Deseo por un momento que aquel suceso se quedará detenido para siempre, porque tenía miedo de que ya no lo pudiera sentir más.

Esta noche estaba lloviendo más fuerte que la noche anterior, se sentía aquel diluvio cubrir las calles creando un río que corría por aquella ciudad, su lujosa camioneta se movía a una velocidad prudente para llegar al hotel ¿Y si se bajaba en este momento la volvería a ver? ¿Sucederían las cosas dos veces? O solo debía esperar a que el destino los volviera a unir, como en aquellas películas donde el protagonista volvía a encontrar a la chica o simplemente estaba deseando cosas imposibles ya que ella era una fan y el era un artista de talla mundial.

Su mente estaba en otro lado, pensando, pensando la manera de ya no sentirse tan vacío ¿Como hacía eso? ¿Habría una forma? Había ido a cientos de psicólogos, buscando la manera de ya no sentirse así, buscando la manera de sentir lo que sentía cuando subía a aquellos escenarios, amando cada cosa ¿Cuando empezó a desmoronarse? Fue cuando empezaron los comentarios o cuando empezó el acoso, o incluso cuando ya no tenía tiempo ni de respirar, Cuando...

Sus ojos ya se habían llenado de lágrimas, mirando cada parte de su cuerpo, mirando toda la dieta y ejercicio que hacía para poder hacer que lo amen, mirando su cabello largo y su brazo lleno de tatuajes, levantó su camisa mirando aquel tatuaje incrustado debajo de su costilla "libertad" ¿Alguna vez tendrás libertad? ¿Podrás vivir sin tener que complacer a los demás? ¿Podra sentirte vivo otra vez?

- Julian - la puerta se abrió dejando ver a su mánager - mañana tendrás la sesión de fotos así que necesito que te duermas ahora - asintió con desgana - llorando otra vez ¿Llamo a tu psicólogo? - este negó con la cabeza - entonces deja de llorar que eso inchara tus ojos, no quiero ver esas horribles ojeras así que duerme y deja de llorar.

El hombre salió de aquella habitación, así que el más joven tomo una de sus almohadas abrazándola con fuerza para llorar aún más, un abrazo ¿Alguien podría darle eso? Solo necesitaba eso y podría levantarse otra vez para poder ver aquel amanecer que tanto amaba, como lo veía antes, como esperaba cada mañana al mirar al horizonte y ver el sol asomarse hasta que los rayos cruzarán por su rostro. Era lo único que quería ¿Era mucho pedir? ¿Acaso estaba pidiendo demasiado? No lo sabía, lo único que sabía era que debía dormir ahora si no quería recibir regaños de todos.

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Su cabeza dolía, lo único que pudo hacer fue seguir posando ante aquella cámara, mostrar una mirada serena donde no demostrara aquella tristeza y aunque cansará seguir así debía hacerlo, se movía de un lado a otro siguiendo las instrucciones de aquel camarógrafo para que todo se diera perfecto, luego cambiaba su atuendo por otro y así hasta acabar con toda la colección.

Estaba a punto de subir de nuevo a su camioneta cuando vio a un montón de fans a lo lejos, así que lo primero que se le ocurrió a su guardaespaldas fue meterlo a una tienda haciendo que la encargada cerrara las puertas, no hubo ningún problema ya que esa tienda vendía productos de él, desde muñecos, pulseras, álbumes y entre otras cosas.