Capítulo 12

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¿Sentirse miserable?
Sentir como sientes unas inmensas ganas de llorar inexplicables, que lo único que deseas es que alguien llegue y te abrace pero miras alrededor y notas que no hay nada, sentir la culpa sin saber el porqué.
A eso se le llamaba crisis, había entrado en crisis y no sabía la razón.

Cuando llegó de aquella cita con Sabrina se había sentido bien, se había sentido feliz, al poder tocar sus labios, al poder tenerla entre sus brazos en cómo cada segundo había válido toda la pena pero, en el fondo se sentía que se había equivocado, que eso no era lo que debería estar haciendo, se supone que debería estar haciendo algo más, algo mucho más.
¿Por qué estaba así? No tenía idea o puede que si tuviera idea pero no quería aceptarlo, no quería aceptar que quería ser perfecto, que debía dar más de lo que ya daba.

Se recostó en su cama, abrazando una almohada, hundiéndose el solo como siempre lo hacía, no quería llamar a nadie, no quería molestar a nadie solo quería que pasará ¿por qué no se detenía? ¿Qué estaba haciendo mal? ¿Qué se supone que debería hacer? Tomó el frasco de pastillas, puede que eso ayude un poco, solo un poco a aliviar aquella crisis que tenía.

- ¡Julian! - tocaron a la puerta, con demasiada desgana se levantó para abrir la puerta - ¿por qué no abrias la puerta? - Elías lo miraba confundido - ¿que pasó?

- nada - lo dejó pasar - estaba intentando dormir pero no podía - el castaño miró hacia las manos del peli-negro para ver el tarro de pastillas - nada importante.

- ¿nada importante? - se acercó para quitar el tarro de sus manos - ¿estas en crisis? ¿Julian por qué siquiera no intentas pedir ayuda?

- ¿a quién? - lágrimas brotaron por sus ojos hasta su cuello - ya no quiero joder a nadie con mis putos problemas ¿no entiendes? - se paso sus manos con fuerza tallando sus ojos - ayer estaba bien, salí con Sabrina todo estaba bien y hoy me siento de lo mas fatal ¿quien me entendería? ¿Alguien lo haría? - negó con la cabeza - claro que no, todos tienen problemas y yo también así que es mi obligación salir.

Entonces se quedó en silencio ¿que podía decir? ¿Qué palabra quitaría aquel sufrimiento de su amigo? Nada, no podía hacer nada, trato de acercarse pero se detuvo ¿acaso seria suficiente? ¿Tal vez...?


- cuéntame - Julian lo miro desconcertado - cuéntame todo, hazlo no me importaria cargarlo pero tienes que sacarlo - suplico - vamos amigo, confía en mi.

El peli-negro lo medito ¿sería buena idea? No quería que nadie más cargará con algo suyo, pero al verlo, al ver cómo el castaño lo miraba con esa mirada de querer ayudarlo.
Fue cuando decidió comenzar.

- mi familia no era de muchos recursos, así que vivimos muy mal por mucho tiempo - sus manos empezaron a temblar - un día mi madre se puso demasiado enferma, mi padre no sabía que hacer y no habíamos comido en días, asi que ese día salir a llorar de la desesperación. Un amigo mío me dijo que yo cantaba muy bien además de componer canciones por diversión así que pensó que sería buena idea convertirme en cantante - trago saliva - llegue a la casa a decirle a mis padres, mi padre se negó pero... Pero mi madre dijo que me apoyaría, tome mis cosas para irme a hacer esa audición donde logre pasar.

- ¿cuantos años tenías, Julian? - se quedó en silencio - ¿Julian?

- trece años - el castaño se sorprendió - tenía trece años cuando decidí hacer la audición y cuando cumpli quince fue cuando decidieron que era momento que el mundo me conociera, llegando a una fama inalcanzable, lo amaba pero - soltó un sollozo - no se que pasa, siento ese vacío inmenso que no puedo sacar dentro de mi, yo no puedo ir por la vida haciendo este tipos de cosas les debo la vida a todos, a mis fans, a mi empresa, a mi manager, a todos.

Un salvavidas bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora