Un salvavidas bajo la lluvia

Capítulo 16

El amor
¿Qué es el amor? Pará mí era algo que no existía, estaba tan sumergido en mi dolor que creía que eso solo existía en los cuentos de hadas ¿las mariposas en el estómago? Jamás las sentí o esos temblores repentinos que dan por ver a esa persona "especial"
Pará mí era solo una palabra y nada más, solo era eso.
¿Y si me preguntaran ahora?
Podría responder que el amor es algo que te golpea, que en realidad sientes en lo más profundo de tu ser hacer lo que sea para poder estar con él o ella, harías hasta lo imposible, renunciarías a todo con tal de estar ahí. Entonces me di cuenta que el amor no era como muchas personas lo decían, el amor no es de poco, el amor no era solamente palabras, era de hechos y había visto tantas historias de amor, miles de ellas y se preguntaba a si mismo ¿por qué no seguían así? ¿Por qué se empeñaban a cambiarlo todo? Si el amor era la cosa más hermosa que había conocido.

Entonces miró por última vez la hora, mirando por última vez aquella pantalla de su computador y se dispuso a hacer unas cuantas llamadas ¿se podría hacer hasta lo imposible por amor? Claro que si, porque no había límites, no se trataba de poner límites se trataba de hacer hasta lo más mínimo con tal de verla feliz, con tal de que en su rostro estuviera esa sonrisa y sus ojos ese brillo entonces sabría con toda exactitud que no importaba, que el amor no se podía cambiar y que todos estábamos equivocados porque cuando sientes algo tan sincero entonces no dejas de sentirlo.

Salió de su departamento dirigiéndose a uno de sus autos para manejar a aquel lugar donde había citado al castaño, donde también lo estaba esperando un hombre para recibir el pago por el terreno que había comprado dejando bastante desconcertado a su mejor amigo que no estaba entendiendo absolutamente nada de lo que estaba pasando.
Lo único que se limitó fue a pagar, para cuando ya tenía listo todo entró para ver aquel extenso lugar que sería grandioso para aquella idea que se le había metido a la cabeza.

- Julian ¿en qué estas pensando? - preguntó Elías más confundido que antes.

- haz escuchado que las personas siempre están peleado de que ciudad merece ser llamada "la ciudad del amor" si Verona o París, siempre viven discutiendo por cuál ciudad es la que tiene la historia de amor mejor contada - este negó - Verona es el origen de Romeo y Julieta aunque para muchos es una historia hermosa y cuenta que hasta mueres por amor es bonito aunque no es una historia real simplemente fue creada por un escritor bastante romántico - Elías lo escuchaba atentamente - pero París ¿quien sería capaz de construir un monumento para la persona que ama? Exacto Gustave Eiffel, un monumento de trescientos metros de alto, visto por toda la ciudad y aunque ame más Vreona pienso que París tiene la mejor historia.

- ¿vas a construir un maldito monumento? - el azabache se carcajeo negando con la cabeza.

- no puedo hacer eso ¿como lo haría? - miró aquel horizonte - pero me ayudaras a hacer algo, no como un monumento pero si algo que se que valdrá toda la pena.

Entonces ver ese brillo en los ojos de su amigo lo hizo saber que si, que en cualquier locura que él estuviera pensado entonces lo ayudaría sin importar que, porque eso era lo que hacían los verdaderos amigos.

(°°°)

¿Noches? Fueron casi cinco días sin dormir, sólo durmiendo períodos de veinte minutos, trabajando como si la vida se les fuera en ello, tomando café para mantenerse despiertos con las manos casi desttuidas pero viendo el mejor resultado, como aquel atardecer iluminaba todo su trabajo para saber que habia válido cada esfuerzo.
Fueron sólo ellos los dos, ellos los dos trabajando en algo tan hermoso, en algo que jamás pensaron hacer en tan poco tiempo pero que lo hicieron.
¿Un acto de amor? Puede que si, pero eso sólo se lograba si en verdad lo sentías, si en verdad no importara que esa persona lo rechazará tu lo habias hecho sin importar nada, solo lo hiciste para recordar que si se puede amar de verdad.