Toda la sala callada, pensamientos gritando sin voz, emociones a flor de piel...Así se sentía, así se siente. Sin voz ninguna, una aparece en mi interior y me empieza a susurrar. Me dice que lo mire, que lo observé mientras lo hace de nuevo, me súplica que pregunte que ha ocurrido, y sin cabeza alguna empiezo a preguntar. Pregunto hasta encontrar una respuesta que me asuste. Mis nervios salen y empiezan a mostrarse en mi cuerpo. Doy señales, pero nadie me escucha, todo está desierto, todo está en silencio. Decido escuchar más y hacer lo que me dice, pero me doy cuenta de que no soy yo. Miro a mi alrededor, ya no hay silencio, solo el mío...
Viene, viene hacia mi y le sonrió falsamente. Quería saberlo para destrozarme más, pero no me lo cuenta, no me dice lo que quiero oír. Poco a poco se va alejando a la par de esa vocecita y empiezo a entrar en el mundo, en la realidad.
Y viene, viene de nuevo esa voz, pero ahora con otra funcion, siente rabia. Rabia porque esos pensamientos y sentimientos se han quedado dentro de mi y no han salido en el lugar correcto. Culpa, por pagar esa rabia con la persona que más quiero. Pañuelos, sollozos, lágrimas recorriendo mi piel... Se acerca y me dice: "Tranquila", pero la voz sigue ahí y me repite todo el rato lo mismo. Intento luchar contra ello, pero ¿Acaso se puede luchar contra la mente?
Esas lágrimas podrían seguir deslizándose por mis mejillas, pero todo el dolor lo he expulsado al exterior.
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La vida en reflexión
NonfiksiSalud mental. La depresión, ansiedad, un trantorno alimenticio... No se nota a simple vista, pero ¿y si estuvieras en la cabeza de una de esas muchas personas que lo sufren?