Y tú, la personita que me dio la vida y a la que no le puedo estar más agradecida. Me salvó e hizo lo imposible para que me levantase. Ella, la que todos los días me daba un beso de buenas noches tras tener conversaciones muy profundas, y la que nada mas levantarme veía, animándome ano quedarme en la cama. Pero también a la que no le paro de contar cotilleos, mis sentimientos y opiniones. Ella, un lugar seguro en el que me siento cómoda.
ESTÁS LEYENDO
La vida en reflexión
Non-FictionSalud mental. La depresión, ansiedad, un trantorno alimenticio... No se nota a simple vista, pero ¿y si estuvieras en la cabeza de una de esas muchas personas que lo sufren?