Aún recuerdo cuando al mirarme al espejo mi vista se emborronaba y todo empezaba a darme vueltas. No había colores, no había nada, todo era una enorme mancha negra. Poco a poco notaba como si un pájaro me picoteara la cabeza y agudos pinchazos se posaban en mi estómago. Mi respiración se aceleró, y por cada segundo que pasaba me costaba más pasar aire a mis pulmones. Caí al suelo, no podía sostenerme en pie, y seguía sin ver nada. En el suelo, apoyada en la pared, caían lágrimas por mis mejillas y yo ni siquiera me daba cuenta pues ya no podía respirar casi. Intentaba gritar pero no salía voz de mi garganta. Mis piernas intentaban moverse para salir de ahí pero no tenia fuerzas, estas se habían ido hace mucho tiempo y mi cuerpo solo me pedía descanso...
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La vida en reflexión
Non-FictionSalud mental. La depresión, ansiedad, un trantorno alimenticio... No se nota a simple vista, pero ¿y si estuvieras en la cabeza de una de esas muchas personas que lo sufren?