Capítulo 38

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Jungkook tomó su celular y puso la alarma dentro de una y dos horas para que no se le pasara el tiempo. Fue a la cocina a llenar el depósito de agua para que la tuviera lista al despertar. Lo miró detenidamente y con delicadeza recorrió con sus dedos cada herida que identificaba, hasta llegar a la herida en sus labios, los acarició y cerró sus ojos mientras lo hacía. Sintió como una sensación cálida recorrió desde sus dedos hasta su corazón, abrió los ojos, se metió a la cama y lo abrazó con ternura.

Lo despertó el sonido de la alarma, se había quedado dormido, al abrir los ojos, vio cómo unos penetrantes y profundos ojos oscuros lo miraban... Taehyung estaba despierto y lo contemplaba dormido, se asombró y se levantó de la cama.

- Taehyung!

- Hola Jungkook ¿Qué haces?

Se sentía avergonzado – Nada, te vi dormir y me dio sueño, así que me acosté a tu lado. Te toca tu medicina – se la acercó para que la tomara.

- Te agradezco, no te preocupes por mí, me siento mucho mejor. Si tienes que irte lo puedes hacer, no te sientas comprometido, la señora Lee está pendiente de mí y a parte Jimin no ha de tardar en venir.

- No me pienso mover de aquí Tae... no pienso irme de tu lado.

- Sí entiendo, para eso están los amigos ¿cierto?

- Ehhhhhh... si cierto... - contestó con decepción en su voz.

- Ok ¿Ya comiste? La señora Lee prepara un kimbap delicioso

A los ojos de Jungkook, Tae era un ángel, esperaba reclamos, rechazo, que lo echara de su casa como mínimo, pero nada. Había tenido un accidente y ahí estaba ofreciéndole kimbap. Su corazón no pudo contener los sentimientos y comenzó a llorar.

- ¿Por qué lloras Jungkook? – dijo consternado

- Perdóname Tae... perdón – el llanto no le permitía darse a entender, aun así continuaba hablando – Es mi culpa, todo ha sido mi culpa, perdóname... debería ser yo el que está postrado en la cama, no tu... es mi culpa, perdón Tae, por favor perdón...

- No Jungkook, tú no tienes la culpa de nada, no seas cruel contigo mismo. Mírame, estoy bien, ya en unos días podré levantarme y seguir con mi vida como siempre, así lo dijo el médico – se acercó para acariciar sus cabellos y de esa manera brindarle consuelo – No te eches la culpa... Jungkook, nadie está obligado a sentir de la misma manera, nadie está obligado a querer a alguien más o a gustar de alguien más... Tú no tienes la culpa así que deja de recriminarte algo que no es cierto. Por favor ¿sí?

Quería gritarle a Taehyung que sí le gustaba, que estaba muriendo por abrazarlo, besarlo y volver a ser lo que eran, pero extrañamente algo bloqueaba su garganta y no podía decirle todo lo que pasaba en su interior, no quería confundirlo más. Lo que Taehyung le había dicho le causaba aún más tristeza, la probabilidad que él lo viera solo como amigo y no como algo más, le estaba carcomiendo por dentro y no tenía ni idea de qué podía hacer.

- hyung...

- Óyeme, ven, acuéstate de nuevo, descansa y llora todo lo que quieras, te hará bien, vas a poder quitarte el pesar que llevas encima, quiero que te des cuenta que nada de esto es tu culpa. Tu no ibas en ese carro, tu no huiste y me dejaste ahí, así que no llenes tu cabeza con reproches sin fundamento – lo haló del brazo y lo metió en la cama, le abrazó y le susurró al oído – Solo quédate aquí y descansa, con eso todo estará bien para mí. Cierra tus ojos, llora, grita, quéjate... pero deja libre tu corazón ya de una buena vez.

Jungkook se acomodó en los brazos del mayor y se echó a llorar hasta quedar dormido. Taehyung lo miraba, quería acariciar su hermoso rostro, pero se tenía que contener, no volvería a cometer el mismo error, no quería hacerlo. Al final de todo, era mejor ser amigos que convertirse en dos desconocidos debido a la incomodidad. Si quería lograr eso, tenía que contenerse y tratarlo como se trata a los amigos nada más.

El miedo de perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora