Donde Jimin quiere que el hombre con el que lo hicieron casar, se fije en él.
Solo quiero, que te fijes en mí.
• Personajes: Kookmin
• Fanfic
• Genero: Bl, drama, angst.
•Créditos: Portada y Banner (si eres la que me hiciste esta portada y el banner...
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Sus padres iban a matarlo.
Había pasado el límite de la impuntualidad con ellos, pero no le importaba; ambas familias habían realizado una estúpida cena familiar en la casa de sus padres, que a JungKook simplemente no le interesaba.
No le interesaba nada que tuviera que ver con todos ellos, nada después de lo que le hicieron.
Odiaba que aún lo trataran como a un niño, odiaba que lo obligaran, odiaba que quisieran seguir manipulándolo a su antojo como a una marioneta. Pero, más que todo, odiaba a sus padres.
—¿A qué hora estás listo? No sé qué tanto te arreglas si de igual manera quedas como siempre, como alguien sin chiste y sin nada interesante que ver. — Y, como siempre, se desquitaba con la persona menos indicada para descargar toda su rabia.
—Lo siento. — Jimin mordió su labio inferior, triste, y agarró con nervios cualquier prenda de su clóset, encerrándose en el baño para cambiarse.
Le daba tanto fastidio cuando ponía su rostro lamentable; como actuaba de manera descarada frente a él, mostrando una imagen deprimente, como si fuera la víctima de todo esto.
Cuando no era así, la única víctima aquí era él.
Jimin era tan culpable como sus padres, como sus tíos, como todos.
Había tenido que hacer varios sacrificios valiosos en su vida, pero nadie se daba cuenta de ello. Nadie se daba cuenta de su sufrimiento, nadie se daba cuenta de cuánto lloraba su corazón.
Nadie sabe cuánto le duele aún haber dejado ir a la mujer de su vida. Y, aunque era una idea engañosa que se había ideado para seguir con su vida, continuaba con aquello, pues tenía muy claro que no es que no supieran sobre su sufrimiento; simplemente, a nadie le interesaba cómo estaba, absolutamente a nadie.
Todos solo sabían preocuparse por sí mismos, y Jimin era dejado en segundo plano, o quizás en nada.
Incluso había perdido su libertad y todo por culpa de su ahora esposa.
Le daba mucha gracia incluso pensar en el rubio como una esposa, ¿un hombre, su esposa? Por favor...
Era la ridiculez más grande que había escuchado, ¡pero lo estaba viviendo en carne propia!
Todos se habían juntado para envenenar su verdadero ser y lo habían logrado. El JungKook dulce que una vez fue ya no existe, no quedaba nada de él.
Su corazón estaba tan lleno de resentimiento e ira que ya le daba igual todo.
Odiaba tener aun el recuerdo de cómo sus padres trataban de manipularlo de pequeño para que gustara de Jimin, tener que ir con él por sus padres, como Jimin le agarraba la mano como si fueran pareja, las constantes burlas de sus compañeros de escuela.
Todo lo tenía tan presente.
Había instantes en que no podía ni respirar por toda aquella carga en su corazón, y quería olvidar, quería olvidarlo todo, pero por más que quisiera, no podía.