Pablo Gavira no se imagina del abuso que empieza a generarle su más grande amor... Robert Lewandowski.
A lo mejor su inocencia o ingenuidad no lo dejan notar que cada vez su relación con el mayor ya no es igual que antes.
¿Qué tan lejos puede llega...
Era un día hermoso en Barcelona, se transmitía paz en un día soleado como hoy.
Bueno para casi todos...
A la orilla de la ciudad se encuentra una casa que de cierta manera se puede considerar sencilla, con el objetivo de no ser llamativa a la simple vista de las personas, más, sin embargo, dentro se encuentra amueblada posiblemente de la manera más lujosa.
¿Porqué es relevante este sitio?
Bueno... Es la residencia de la familia Lewandowski-Gavira, los cuales se encontraban en armonía tomando el almuerzo.
-Gavi, ¿me estás escuchando? -¿Eh? -Te estoy hablando, ¿Me estás ignorando? -No, lo siento, me distraje por un momento
Justo en ese instante Pablo alcanza a percibir un pequeño sollozo a su lado...
-Ya, ya mi amor, no llores cielo...
Toma entre sus brazos a la pequeña bebé que se encontraba en la periquera.
-¿tienes sueño mi amor?, Déjame voy a ponerte en la cuna. -¿Encerio vas a dejarme comer solo por atender a Klara?
Pablo dirigió su mirada hacia Robert y de una manera muy segura contesto...
-Tengo que llevarla a dormir o se pondrá de mal humor, además no necesariamente me necesitas para comer -Bueno la niña tenía que salir igual de berrinchuda y caprichosa como tú, no me sorprendería que resultará ser una Omega.
...
Sin emitir alguna palabra más el Omega se dirigió hacia la habitación de la bebé y la depósito con mucho cuidado en su cuna, arrullando la para que logrará conciliar el sueño. Mientras que de sus orbes color miel se derramaban lágrimas de tristeza, de alguna manera la broma o comentario hiriente que le había hecho Robert le había afectado. El conocía que a lo mejor su marido podía no tener el mejor tacto hacia el pero, aunque lo amaba con intensidad esas burlas hirientes hacia su casta o su persona lo hacían sentir inferior que el.
En cuanto logro dormir a la pequeña Klara, salió de ahí dejando a su lado el monitor de bebé por si en algún momento se despertaba. Bajo con cuidado las escaleras para dirigirse hacia el comedor, en el cual ya no se encontraba Robert, pudo observar como los platos de la mesa ya no se encontraban. No pudo terminar de almorzar, solo tiro las sobras de su plato, tomo una manzana y se dirigió hacia su cuarto.
Con la intención de tomar una ducha y olvidar el mal rato que le había provocado su esposo.
En cuanto estuvo dentro del cuarto observó que Robert no se encontraba allí, a lo mejor salió otra vez como la nueva costumbre que había adaptado o simplemente se encontraba la habitación que había acondicionado como gimnasio.
Tomo las prendas que utilizaría y se dirigió hacia el baño, empezó a desprenderse de sus prendas e ingreso hacia la ducha, reguló el agua para que sea tibia y empezó a tomar la deseada ducha que lo empezó a relajar.
Cuando estaba tallando su cabello sintió como unas largas y ásperas manos se situaban en su cintura, además de cómo su espalda chocaba con algo duro...
- ¿Robert? - Si mi vida soy yo, lamento lo de hace rato, no era mi intención hacer ese tipo de broma. Simplemente que tú sabes que hay ocasiones que no pienso lo que digo, tu conoces que te amo mucho y a la bebé también. - Está bien cariño yo lo entiendo, gracias por tus disculpas.
Sintió como dejaba un rastro de besos por su cuello pasando por la marca que los enlazaba, sentía como poco a poco sus hormonas se empezaban a alterar y como Robert lo volteaba para sujetarlo de los muslos con el fin que enganchara estos alrededor de su cadera.
-mhg~ Robert
Soltó un lento suspiro, el cual se perdió entre los apasionados besos que compartía con su marido.
No importaba si tenían un momento íntimo puesto que por eso eran una pareja enlazada ¿Verdad?.
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Holis espero que está historia sea de su agrado y le den su apoyo ✨✨✨
