-Aw, si parecen una familia feliz, y todo.
-¿Qué te pasa, Romina? -pregunté y _____ al verla, se refugió en mi espalda.
-¿Qué? ¿Me tienes miedo? -sonrió cínica mientras le hablaba a ______.
-No te metas con ella. Métete con gente como tú.
-¿Y cómo son las personas como yo? -preguntó pícara y yo reí.
-¿Cómo son las personas como tú? -asintió-. Unas perras -abrió sus ojos, y juro que si su boca no estuviera conectada con su cuerpo, hubiera llegado hasta el suelo.
-Eres un imbécil.
-Me lo suelen decir -ella rió.
-Os dejo familia -hizo una seña con su dedo corazón y desapareció.
-¿Las personas pueden ser perros? -preguntó inocente el niño que estaba entre mis brazos y yo reí.
-Sólo algunas personas... No todas tienen ese poder -me giré hacia _____ que miraba el piso-. ¿Te encuentras bien? -asintió-. Hey pequeño, ¿por qué no vas con papá? Creo que necesita un poco de cariño. Está en la cocina. Ve, corre -le di un empujoncito en el culo y empezó a correr, con sus nuevas supras-. ¿Qué te pasa? -cerré la puerta con cerrojo.
-Nada Carlos... Ya te dije -comentó cogiendo las puntas de su camiseta y enredándolas entre sus dedos.
-Me dijiste que no te pasaba nada... Ahora quiero la verdad -subí su mentón.
-Tengo miedo... Tengo miedo cada vez que ella se acerca. Me mira con cara de querer matarme cada vez que me ve.
-No le hagas caso -besé su mentón-. Mientras estés a mi lado, nadie te va a hacer daño -subí mis besos hasta llegar a su boca. Suspiré encima de estos y ella gimió-. ¿Me oyes? Nadie nena, nadie.
-¿Me lo prometes? -subí sus piernas a mi cintura.
-No te lo prometo -dije encima de su cuello-, te lo juro -besé éste último.
Después de eso, ninguno volvió a hablar. Seguí mi camino hacia abajo, besé la parte encima de sus pechos y ella se retorcía entre mis brazos. Con sus delicadas manos, empezó a acariciar mi pelo de manera salvaje. En aquella pequeña habitación solamente se escuchaban nuestros labios al separarse, respiraciones agitadas y nuestros pequeños gemidos que eran tragados por los labios del otro. Subí la mano de sus muslos a su culo. Cogí mi bóxer que estaba en su cuerpo y empecé a hacer como si lo fuera a quitarlo, después, haciéndola enfadar, lo volvía a su sitio del principio. Empezó a gruñir y yo sonreí encima de sus labios.
-Me encanta como queda mi bóxer en ti -ella sonrió, dejando a un lado el enfado.
Seguí subiendo una de mis manos hasta su cintura, subiendo con ella la camiseta grande que llevaba, dejándome tocar su piel tersa y fina.
-¿Cómo mierda pareces tan delicada y después eres fuerte como una roca?
-Tengo mis tácticas -dijo entre jadeos producidos por mis besos y mis mordidas en su clavícula.
-¿Sabes que eres hermosa?
-Nunca me lo habían dicho -comentó abrazándose más a mí.
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- Lα sillα elécτяicα. {carlos y tu}
SonstigesMe querían matar, me querían muerto por ser el criminal con más muertes en su expediente. Querían que me fuera directo al infierno por causar tanto dolor. Pero un criminal, también merece una segunda oportunidad ¿no? Al parecer, yo era el único que...