─Capítulo 21: "Mi antigua novia"

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-¿Carlos? -sentí como una aguda voz me llamaba, intentando sacarme de mi trance hace un par de minutos-. ¿Pasa algo malo? -cogió mi cara con ambas manos haciéndome mirarla directamente a esos oscuros ojos que me hacían perderme en ellos.

-Tengo que irme -dije sin más, levantándome del sofá. Alvaro frunció el ceño y se levantó también. ______ solo me miró desde su asiento con una mueca extraña.

-¿Dónde vas? -dijo con una voz fuerte Alvaro, parándome con su mano colocada en mi hombro.

-No importa, sólo me tengo que reunir con alguien -mi amigo frunció aún más su ceño.

-Te acompaño -dijo sin pensarlo. Gruñí, intentando separarme de él.

-Ni por asomo -dije entre dientes-. Tú te vas a quedar cuidando de _____ y Juli mientras yo voy a ver qué mierda pasó, ¿bien? -sentí como otra persona en la sala se movía y miré hacia esa dirección. _____ se había levantado del sofá y me enfrentaba con una mirada seria.

-No, él no va a quedar cuidando de ninguno de los dos, porque nosotros vamos a ir contigo -hizo una pausa en la que me permitió gruñir y negar con la cabeza-, y cuando digo todos, es todos Carlos Marco -se cruzó de brazos.

-Por mucho que te enfades, no voy a permitir que expongas tu vida, ni la de Juli, ¡mierda! -me puse enfermo al pensar en la escena que me encontré semanas antes cuando fui a ver por primera vez a Riveira.

-Si nos tiene que pasar algo, nos puede pasar aquí o allí, donde tú estés, ¿no lo entiendes? -preguntó entre dientes-. Por mucho que nos quedemos en casa, ella puede entrar, ya lo ha hecho varias veces Carlos.

-______, no me hagas esto por favor. Hazme caso de una vez, quédate en casa tranquila y a salvo, estaré de vuelta cuando menos te esperes -sus manos se levantaron hacia arriba con una cara exasperado.

-¿Que no entiendes? -mi ceño se frunció no entendiendo a donde quería llegar-. ¡Qué no voy a dejarte solo! Que lo quieras hacer, lo vas a tener que hacer conmigo, que donde quieras ir, yo iré contigo, ¿tanto le cuesta eso entrar en tu testaruda cabeza? -mi cuerpo se puso tenso.

-No quiero discutir -dirigí mi mirada hacia mi amigo que miraba la escena en silencio-. Cuídalos bien Alvaro, y no dejes que _______ pueda hacer algo desquiciado -negué con la cabeza imaginándomelo.

-Creo que el único que está a punto de hacer algo desquiciado aquí, eres tú -comentó Alvaro de nuevo, poniendo su mano fuerte y grande en mi hombro-. Cálmate, cuéntanos. ¿Qué pasó para que quieras irte así, de buenas a primeras? -me puse de los nervios.

-No tengo tiempo, es algo urgente... Necesito llegar lo antes posible por favor, dejen los interrogatorios. Nada malo me va a pasar.

-Yo voy a acompañarte -dijo Fredo, hablando por primera vez. Yo asentí conforme, pero Alvaro seguía sin soltarme.

- Lα sillα elécτяicα. {carlos y tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora