Después del desayuno, nos sentamos en la mesa y jugamos un rato a las cartas mientras _____ y Juli veían la televisión en el salón de nuestro lado.
-¿La quieres? -preguntó de golpe Bella cuando escuchó que _____ y Juli reían a carcajada limpia viendo unos dibujos animados.
-No sé -me encogí de hombros y continué con el juego, pero pronto Bella se hartó, y dando un manotazo en la mesa, hizo que todos la miráramos.
-¿Qué pasa, ya? -pregunté poniendo en blanco mis ojos.
-Soy tu mejor amiga Carlos, a mí no me puedes mentir. ¿La quieres? -volvió a hacer la misma pregunta.
-Sí, la quiero. ¿Contenta? -le sonreí de manera cínica y ella sonrió.
-Pero ella no lo sabe ¿verdad? -me encogí de hombros.
-Sabes como soy, no soy bueno para decir mis sentimientos enana... Me cuesta mucho y después de demostrarlos no sé cómo actuar ni qué hacer.
-Carlos, ella siente lo mismo por ti, ¿no te das cuenta? Esa mirada es de enamorada... Y créeme, sé de lo que hablo. Y si no lo pensara de verdad, no te diría que te arriesgaras, pero parece una buena chica y no quiero que la pierdas... Te mereces lo mejor amigo -hizo una pequeña sonrisa.
-Pero es que tengo miedo Bella, ¿qué pasa si la alejan de mí cuando se lo diga por primera vez y ella ya no me pueda olvidar y todo por decirle que la quiero?
-Yo creo que ella ya no te va a poder olvidar, como si le dices que le quieres, como si no. ¡Carlos, tienes que fijarte en su cara! Se le ve tan... -apareció ______ y pude verla por el rabillo del ojo. Le di una patada a Bella por debajo y ella saltó de su asiento callándose a la misma vez.
-Carlos, Juli quiere ir al parque, y voy a llevarlo, ¿vienes? -sonrió de forma infantil mientras ponía bien su pequeña camiseta gris de tirantes que dejaba ver una parte del ombligo.
-Claro pequeña. Esperadme en la entrada, estaré allí en dos minutos -le sonreí y acabé la partida de cartas tirando todas ellas encima de la mesa y levantándome de la mesa, pero una mano me paró. Una blanca y fría mano.
-Fíjate en su mirada por favor Carlos... Y si ves la oportunidad, no dudes en decirle lo que sientes... -hizo una mueca-. ¡Suerte con la chica de ciudad! -rió un poquito y enseguida miró sus cartas para continuar la partida, pero esta vez sin mí.
Cogí una camiseta nueva de la maleta, me la puse por encima y coloqué en mis ojos unas gafas de sol. Listo para pasar una mañana en el parque con mi chica y mi sobrino. Bajé las escaleras corriendo como un loco y los encontré sentados en las escaleras de la entrada, hablando entre ellos.
Me puse detrás de _____ y le coloqué unas gafas de sol rosas que una vez le compré y di un pequeño beso a su cabeza.
-¡Vamos al parque! -grité con efusividad mientras ayudaba primero a levantarse a Juli, y después a ______. La última cogió mi mano y envolvió la suya con la mía, no dejando huecos entre nuestros dedos. Y la verdad es que nunca habría pensado que unas manos encajaran tan bien como lo hacían las nuestras.
Empezamos a caminar por las calles grandes de la ciudad mientras mirábamos escaparates y tiendas de chucherías. Compré una nube de algodón para Juli y una rosa de gominola para mi chica.
Llegamos al parque donde Juli, lo primero que hizo fue subirse a un columpio.
-¡Tito, empújame! ¡No puedo yo solo! -gritó intentando mover sus pequeñas piernas para coger impulso pero no, era imposible.
-Voy enano -dije levantándome del banco en el que estábamos _____ y yo sentados-. ¿Fuerte? -le pregunté mientras cogía con cuidado su espalda y empezaba a empujar flojo.
-¡Sí, fuerte! ¡Me encanta la velocidad tito! -empecé a darle un poco más fuerte sin pasarme, porque la verdad es que no quería que mi sobrino fuera a parar al hospital-. ¿Ya está bien moco? -éste asintió con una sonrisa en la cara mientras el viento despeinaba su rubio cabello.
-¡Muchas gracias tito! -me miró desde lo alto y sin que el columpio parara de moverse con una gran alegría instalada en su cara. Movía sus piernecitas para coger más impulso del que llevaba.
-Ten cuidado Juli... Si te caes tendremos que ir al hospital, y tú no quieres eso ¿verdad? -él negó-. Pues ves con cuidado enano -le sonreí y lo dejé subido allí, enfrente de nosotros para tenerlo a la vista. Me senté de nuevo en el banco y puse mi brazo derecho sobre los hombros de ______ quien tarareaba una canción por lo bajo.
-Aveces me encantaría volver a ser pequeña y no tener problemas con nada ni nadie... A no ser que para ti fuera un problema pintar y salirte de la ralla... Entonces tenía muchos -ambos reímos-. Enserio, me enfadaba muchísimo cuando pintaba fuera... Era superior a mí y todavía no entiendo el por qué de tanto empeño.
-Eras doña perfecta -me reí y acaricié su hombro desnudo mientras me miraba mal-. Ahora simplemente eres perfecta, a secas -sonrió y besó mi barbilla, haciendo que me estremeciera.
-Nadie es perfecto, ¿sabes eso? -me encogí de hombros y me fije en lo que me dijo Bella cuando iba a decirle la siguiente frase.
-Encantado nadie -bajó la mirada con una sonrisa y pude ver como sus ojos se iluminaban cada vez más, y al levantar su cara con mi mano, vi claramente que estaba sonrojada y sonreía por cada poro de su piel-. Te has puesto roja -dije en forma de burla y ella me dio un pequeño golpe en el hombro y de nuevo se acomodó poniendo su cabeza en mi pecho mientras yo le acariciaba el pelo.
-Nunca pensé estar así, contigo -sonreí y acaricié su cara haciéndole cosquillas.
-Yo tampoco pensé estar así, ni contigo ni con nadie... Solamente no pensaba estar así...
-¿Y nunca te has enamorado? -la pregunta del siglo...
-Pues la verdad es que no lo sé... -contesté no muy seguro. Levantó su cabeza de mi pecho y me miró con el ceño fruncido.
-¿Cómo no sabes? ¿Has sentido mariposas por alguien en el estómago?
-Sí -cada vez que la besaba.
-¿Has pensado cada minuto en ella aunque no estuviese a tu lado?
-Sí -cada vez que tenía que ir a una misión.
-¿Sonreías al verla? -hizo un mueca pensando que hablaba de otra.
-Sí, cada vez que la veía -sonreí recordando cada vez que se echaba encima mío cuando me veía llegar sano y salvo a casa.
-¿Alguna vez le dijiste 'te quiero'? -negué con la cabeza.
-Nunca.
-¿Por qué, Carlos? -preguntó triste-. Podría ser que ahora estuvieses con ella y tuvieras un mini-Carlos -le sonreí al pensar en un hijo mío y de ______.
-Pero aún estoy a tiempo... -dije en un susurro y su cara cayó apenada pensando que yo hablaba de otra persona-. Verás, _____ es que...
-¡Puuuum!
ESTÁS LEYENDO
- Lα sillα elécτяicα. {carlos y tu}
DiversosMe querían matar, me querían muerto por ser el criminal con más muertes en su expediente. Querían que me fuera directo al infierno por causar tanto dolor. Pero un criminal, también merece una segunda oportunidad ¿no? Al parecer, yo era el único que...