─Capítulo 17: "El 'por ahora' no me sirve, no quiero que te alejes nunca"

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Dejé el dibujo en la mesa y mis manos se fueron directas a mi pelo, estirando de este mientras mis ojos miraban la madera de la mesa que se encontraba enfrente mío. Carol estaba en serios problemas, y lo peor es que nadie sabía dónde estaba. ¿Sería capaz Romina de encontrarla antes que la pudiese encontrar Dani?

Conociendo como es, seguramente tenía que tener millones de "amigos" capaces de hacerle millones de favores. Oh mierda, mierda. ¿No tenía yo bastante con mis propios problemas? No, parecía que no. Ahora tendría que ocuparme también de esto.

-Iros -dije en un gruñido al ver que _____ y Juli no desaparecían de mi vista. Ambos me miraron con el ceño fruncido, ¿cómo podía cambiar de humor tan rápido?- ¿Estáis sordos? -volví a hablar con mi mandíbula apretada.

-¿Qué te pasa? -preguntó ______ cogiendo a un Juli asustado entre sus brazos. Me encogí de hombros y di un puñetazo en la mesa, levantándome después de éste.

-¿Queréis iros de una maldita vez? Tengo muchas que hacer con Alvaro, cosas que con vosotros aquí no puedo -la cara de la policía enseguida se puso rígida y abrazó más a sí a Juli, el cual tenía lágrimas bordeando sus ojos azules.

-Eres un imbécil, Marco -dijo antes de desaparecer de la cocina moviendo sus caderas. Me dejé caer en la silla con un gruñido y de nuevo mis manos estiraron mi cabello.

-¿Por qué ese cambio de actitud? -preguntó Alvaro después de dejarme un rato para despejarme.

-Quiero que investigues a otra persona Alvaro, por favor, solamente una persona más -él asintió, sacando su portátil del maletín negro que se había quedado debajo de la mesa-. ¿Nombre? -empezó a encenderlo, sin más preguntas. Así me gustaba.

-Carol... -miré el dibujo-, Carol Ferson -él asintió y empezó a teclear cuando el portátil se acabó de encender y todas las actualizaciones acabaron-. ¿Cuánto puedes tardar? -él se encogió de hombros.

-No es una persona famosa, ¿verdad? -negué con la cabeza-. Me llevará unas cuantas horas -bufó-. De mientras, puedes irme explicando sobre tu chica, aunque creo que ahora mismo, tu chica está bien enfadada -rió y yo lo miré mal-. ¿Por qué ese cambio de humor? -sonreí triste.

-Sabes cómo soy, cuando algo me sale mal no sé lo que hago -él asintió dándome la razón pero sin levantar la vista del ordenador. Para que después digan que los hombres no podíamos hacer dos cosas a la vez-. ¿Sabes? Y no quiero que nada malo le pase, Alvaro... A ella la tendría que haber matado el primer día, pero no pude. El segundo, menos, ¿cómo podía matarla? Era la única chica que aguantaba mi mal humor con dos cojones, y además, dime que no está buena -dije con una sonrisa de lado.

-¿Es buena en la cama? -¿no tenía otra pregunta? Me encogí de hombros y con mi mano derecha me rasqué la nuca.

-No sé, aún no... -me interrumpió, esta vez, levantando sus ojos del portátil.

- Lα sillα elécτяicα. {carlos y tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora