El Consentido - Team Vacío Legal

2. Caprichos

"Me esta diciendo que voy a tener que volver aprender a caminar ¡NO SOY UN PINCHE BEBÉ! Déjense de mamadas yo-.. perdón, perdón…. nomás díganme que no es cierto culeros" - Se le cerraba la garganta al pensar en esa posibilidad. Vergonzosamente sentía como sus ojos empezaban arder con lágrimas sin derramar.

"Va, Quackity, no vas a empezar desde cero, boludo los híbridos pato dependen de sus alas para poder balancear al caminar, por eso son tan ágiles, tú perderás, temporalmente, esa habilidad natural. Nosotros nomás queremos prevenir más accidentes en ese periodo de adaptación" - Spreen sentía la pesada mirada de Quackity, sabían que no estaría contento al enterarse que estará alguien siempre a su lado. Pero era lo correcto, no volverán a descuidar del menor, las consecuencias fueron muy graves y todos se estaban ahogando en remordimiento.

"Aparte tus costillas magulladas no serán de gran ayuda, agradecemos que no estén rotas pero no nos puedes engañar, vemos los moretones y como se te dificulta la respiración" - Al escuchar eso cambió su mirada hacia Missa, quien la regresó seriamente.

Mierda están hablando enserió. - Una cosa era ver a los demás serios, ¿Pero Missa? Él era como un rayo de luz, siempre feliz y optimista. Verlo tan serio y preocupado como los demás le partía el corazón. La culpa lo consumía, si no hubiera sido tan estúpido, si hubiera regresado con él grupo, si no fuera tan débil, nada de esto estuviera pasando.

Rendido, decidió escuchar lo demás. 'Comidas blandas, medicamentos para prevenir infección y regreso de la fiebre, no sobrepasarse…' y más cosas que la verdad no puso mucha atención, cuál era el punto si desde ahora alguien siempre estará a su lado.

"Bueno, ahora que aclaramos todo, ¿tenes el nombre del chaval que te hizo eso?" - Silencio, Spreen sabía que su pregunta aumentaría la atmósfera tensa, pero tenían que saberlo. Sin embargo la mirada que le tiro Shadoune lo hizo cuestionar su timing.

"Bueno, ya nos esperamos a que Quackity saliera de la fiebre para cuestionarlo. Pero no podemos perder más tiempo, con solo pensar que ese hijo-" - Pero una firme mirada y afilada llamada de su nombre lo hizo callar. Y al poner atención, vio cómo la mirada del híbrido pato se retorcía, como movía la quijada para morder su lengua, como sus ojos retornaban esa humedad que solo se podía significar una cosa. Su respiración aumentó, como si el aire no fuera suficiente. Y sus manos, aún lastimadas, se enredaban en las cobijas de una manera la cual seguramente era dolorosa. Missa y Shadoune fueron los primeros en actuar, sosteniendo sus manos cautelosamente para prevenir que se le re-abrieran las heridas. Rubius actuó después tomando asiento atrás del menor, para frotar su espalda con un ritmo que le ayudaría a calmar su respiración. Y Spreen, con la mirada llena de remordimiento, se disculpo y se sentó frente a él, dando promesas tranquilas para que el patito regresará al presente.

Menso, pendejo, ni algo tan simple pudo sacar de sus atacantes. - Impotente, se sentía impotente. ¿Lo aceptarán después de que se den cuenta de su estupidez? ¿O se darán cuenta que es una carga inútil? No los culparía si lo abandonan. Aún así, levemente regresaba a su alrededor con la seguridad que emitían. Una respuesta, les debía una respuesta. Con una mirada adolorida y sonrojado, admitió lo poco que sabía, sus mejillas ardían más y más con cada palabra que se le dificultaba. Los temblores empeoraban pero se rehusaba hacerles pensar aún más que era incapaz de provenir información tan básica e inservible.

Al terminar, quedó completamente agotado. El cansancio mental le estaba afectando. Al tener que relatar lo pasado, su mente lo torturaba con sangrientas imágenes. Su cuerpo recordaba el miedo que sintió al estar atrapado en esa situación, y no se contenía al hacérselo sentir. Sus compañeros seguían con sus palabras alentadoras 'Gracias por contárnoslo' 'Estas a salvo' 'Tu no te preocupes por nada,' palabras que egoístamente lo hacían sentir mejor. En fin, no aguanto tanto apoyo, y de sus labios salieron súplicas por su perdón.