15. Tacos

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"No mames, ahora qué" - Abriendo la puerta, se encontró con dos híbridos oso.

"Buenas"

"Oh. Hola, pasenle pasenle" - Esperaba que no hayan escuchado sus quejas.

"Gracias, con permiso" - Sin pensarla dos veces aceptaron la invitación.

"¿Qué paso?, cuenten, sin miedo" - Era obvio que ocupaban algo, visitas sorpresa para favores era su estilo.

"Bueno, escucha, queremos intentar algo, pero ocupamos tu ayuda, ¿crees poder estar libre esta tardé?" - Rubius intentó verse neutral, pero sus leves ojeras mostraban que algo estaba mal.

No, la verdad no estaban tan libres, pero no diría eso.

"Sí claro cómo no, ¿que ocupan?"

"¿Esta Mariana?"

Okay, eso era raro, la última vez no pidieron ver a Mariana.

"Si, si ahorita le hablo, ¿se les ofrece un café o agua por mientras?"

Negaron las bebidas, dejándole saber que sería una conversación corta.

Roier desapareció por unos segundos. Mirándose entre sí, debatienron si hacían lo correcto.

"Buenas, mucho gusto, de que puedo servirles" - Estaba un poco nervioso, su voz automáticamente se transformó en la que usa con sus clientes, siendo amigable pero directo al punto.

Una leve guerra de miradas siguió, contemplaron cómo decirlo, en fin, con un suspiro Rubius decidió empezar.

"Mira, Quackity no está del todo bien, nos preguntamos si podían pasar a la casa por la tarde y ver si pueden levantar sus ánimos" - Era un poco vergonzoso admitir que fallaron siendo sus parejas, pero más vergonzoso sería ser tercos y no pedir ayuda.

"Ah, hoy? Es que-"

"Sí claro cómo no, ¿hay algo en específico que ocupan?" - Que ocurrente, parecía que Mariana no podía leer la situación, lo cual lo ponía un poco nervioso al pensar que tendría que llevarlo también.

"No, no creo, queremos ver cómo reacciona con su presencia primero."

"Vale, vale, nos vemos después entonces"

"Si, claro, gracias por su ayuda"

Mariana se quedó callado, pensando en la rara situación. Roier, cómo buen anfitrión, guió a los híbridos a la puerta y se despidió. Regresando con Mariana se puso a posponer y reorganizar sus planes del día.

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Todo era muy cómodo, el vacío era cómodo y seguro.

Sentía que flotaba. Amaba este lugar, nada dolía en este lugar.

También quería a los demás, no lo malinterpreten, le gustaba verlos hablar, quería interactuar más, pero eso podía esperar, quería descansar.

No le molestaba tanto que interrumpieran su tiempo en el lugar, una parte lejana de el sabía que era por su bien. Lo bueno era que sin importar qué pasara afuera, pronto regresaba.

A veces, una pequeña voz le decía que no era necesario, ya no estaban, era libre. No era bueno creerle a la voz. Era mentirosa. Un momento estaba calmado, feliz, contento, libre en el lugar. Después era arrancado y tirado, a la piedad de ellos. No eran bondadosos.

Forzó su ceño fruncido a relajarse, liberando la tensión en su cuerpo, soltó sus pensamientos. No era bueno alterarse, estaba en el vacío, el vacío era bueno.

El Consentido - Team Vacío LegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora