Capítulo 11: Indestructible

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Afortunadamente Cody logró saber el camino de regreso, le ayudaron algunos hombres de Mailliw los cuales hablaban y en sus conversaciones utilizaban la ubicación de Akil como punto de referencia para ubicar otras zonas de la cueva. Al regresar subió el brazo metálico ahora con más cuidado, debía moverse él y la llave. Tardó un poco en llegar ya que no podía ir tan rápido.

—Aquí están—las lanza

—Genial—dijo Akil

—¿Por qué tardaste tanto?—preguntó Solarc

—Tuve..., complicaciones en la misión...

Akil abre la puerta, ahora debe pensar un modo de llegar hasta el otro lado; son 7 metros entre él y las rocas, el pequeño espacio que tenía en la jaula era insuficiente para obtener una velocidad suficiente para realizar un salto tan grande.

—Diablos, otro problema, con tan poco espacio, el salto que daría sería muy corto para lograr llegar al otro lado

—Akil—dijo su padre—¿Recuerdas que a ti te gustaba escalar árboles de niño?

—Si

—Muy bien, hazlo entonces

—Aquí no hay árboles...

—Usa los barrotes de la jaula para subir y camina sobre el brazo de metal. Yo te he visto caminar sobre ramas más angostas

—¿Estás seguro?—preguntó Akil

—Si..., bueno..., no, pero no tenemos otra opción...

—Es un poco loco pero lo haré

El brazo de metal tenía una anchura de 40 cm, Akil solo debía caminar poniendo un pie delante del otro y avanzar lento.

Akil uso sus habilidades de escalador para llegar hasta arriba; luego empezó a caminar sobre el brazo, lentamente y tranquilo. Llegó hasta el final sano y salvo.

—Muy bien, Akil; ahora mueve mi jaula—dijo Solarc

—Ahorita mismo

Mueve la manivela y hace que la jaula llegue a tierra firme para abrirla.

—Debemos detener a Mailliw—dijo Akil

—Debemos encontrar tu espada

—Yo las vi, síganme; si encuentran a alguien, neutralícenlo—dijo Cody

—Pan comido—dijeron Akil y su padre al mismo tiempo

Luego de algunos golpes, patadas y dolor, Akil recuperó su espada, su padre había adquirido una, luego de habérsela quitado a un sujeto.

Según el mapa mental de Cody, antes de llegar a la salida, debían cruzar una plataforma circular antes de llegar a un túnel que los llevaría directo a la salida, en vez de dar una gran vuelta.

Al llegar a la plataforma y estar por la mitad de ella, la voz de Mailliw se hizo presente en el ambiente, provenía de lo alto de la cueva; estaba en una salida de un túnel, pero iba equipado por una armadura dorada, lo que Solarc más temía se había hecho realidad.

—Maldito hijo de perra—pronunció Solarc—Akil, ese bastardo ya fundió las semillas y creó la armadura

—Demonios

—Lo siento Solarc, desperdiciaste 2 años de tu vida en intentar evitar algo inevitable; yo sabía que era cuestión de tiempo, que no ibas a soportar y confesarías, pero gracias a tu hijo, lo logré, ahora solo tengo que mantener esta armadura hasta que el señor Morday regrese, pero antes—salta desde donde está—los tengo que matar a ambos

Las crónicas de Eloshem: En busca de mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora