25 - Epílogo

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Mi matrimonio cómo cualquier otro a pasado por altas y bajas en los últimos 10 años. Pero en las últimas semanas han sido más las bajas y aún no se exactamente cuál es el motivo de sus constantes celos, sus enojos, sus reclamos.

— Hola ma. — me saludó Aly con un beso en la mejilla. Mi hermosa hija ha crecido mucho y cada día se parece más a Leidy, recién cumplió 14 años y ella hasta cierto punto es la que más está presente en las "peleas" con Leidy. Está en la secundaria y ella también tiene sus problemas y a pesar de que no lo ha querido platicar con ninguna de las dos, estoy segura de que ella tiene una gran confusión con respecto a sus gustos. — ¿Ya hablaste con mamá?. — y es que ésta mañana me corrió de la casa por estar enviándole mensajes a mis "amantes".

— No y la verdad es que no sé lo que le pasa. — le dije.

— Ma la razón por la que te pedí que nos viéramos aquí. —comenzó ya que me pidió vernos en la cafetería que está cerca de casa. — Es porque quiero hablarlo contigo primero. — ¿será que ya se ánimo por fin?.

— Princesa sabes que puedes decirme lo que sea. Yo siempre te voy a apoyar. — aunque ella dejó de decirme mami hace casi 1 año yo todavía en ocasiones la llamo princesa.

— Si es por eso que quiero un consejo tuyo. — que no lo practicara antes con Leidy me dá cierto temor de lo que quiera decirme. — Sabes que mamá ha estado extraña últimamente. — y asentí porque parece que todos lo sabemos menos ella. — Yo… — estiré mis manos sobre la mesa para tomar las de ella entre las mías.

— Mi amor ¿Qué pasa?. — me levanté para sentarme a su lado.

— Mami tengo miedo. — el que me llamara otra vez mami me emocionó mucho. Me abrazó escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello. — En la escuela hay una niña que me… que me gusta. — soltó por fin y ya lo sabía. — Pero ella… —comenzó a llorar.

— ¿Ella que mi amor?.

— Ella quiere que deje el equipo para aceptar ir por un helado conmigo. — esa niña no merece a mi princesa.

— Amor… — comencé. — Si ella quiere que dejes algo que te hace feliz y que amas sólo por aceptar un helado no vale la pena. — me separé de ella para mirarla a los ojos. — La persona que te ame de verdad te deberá amar con todo lo que eres, con todas tus virtudes, pero sobre todo con todos tus defectos. — me abrazó otra vez. — Eres muy chiquita princesa, ya llegará la personita que te ame de verdad y te apoye en todas tus locuras.

— ¿Cómo mamá?. — me preguntó.

— Si cómo yo. — dijo de pronto Leidy sentándose frente a nosotras. — Iba pasando por aquí y las ví desde la ventana. —señaló. — Amor me das unos minutos con tu mami. — le pidió Leidy y Aly asintió levantándose.

— ¿Quieren una dona?

— Si por favor. — la vimos alejarse al mostrador para hacer fila y traer las donas.

— Ely yo quería disculparme por mi actitud de la mañana y de los últimos días.

— Leidy, amor desde hace 10 años no tengo ojos para otra persona que no seas tú, te soy fiel hasta en mis sueños. — la miré a los ojos para que comprobara que le hablaba con la verdad. — Éstas últimas semanas han sido muy difíciles para mí, empezando por tí y terminando contigo. Porque mi vida es así, si no estoy bien contigo todo es malo, el trabajo, mi tiempo libre, ni siquiera lograba disfrutar a mis hijos cómo normalmente lo hago.

— Amor de verdad que sé perfectamente que todo eso que sientes es mi culpa.

— No estoy diciendo que sea tu culpa sólo que… no sé el porqué de tu repentina etapa de celos compulsivos. — dije tratando de no sonar grosera.

La Mamá De Mi Alumna // Adaptación LeidelyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora