El primer de día de clases me tocó por primera vez ver de cerca cómo los niños y las niñas no se quieren separar de sus padres, fué más complicado de lo que creía y cuándo finalmente ya los dejaban dentro del aula se ponían a llorar y a patalear, después de casi 20 minutos sólo me faltaban 2 niñas y las puertas estaban a punto de ser cerradas, finalmente sólo llegó una más.
Sé perfectamente que el traer dulces no fué en absoluto buena idea, porque tal vez más tarde a quién les ocacione problemas por tanta energía sería a sus padres, pero sólo así los logré tranquilizar. El primer juego para conocernos y que tuvieran confianza fué utilizando los títeres, a través de ellos me presenté, les dije mi nombre y quién era, el títere más pequeño fué el encargado de ir preguntando sus nombres, de ésta forma yo trataría de identificarlos algo con lo que soy sumamente mala. Ésta presentación fué de gran ayuda porque los que estaban tranquilos se veían más confiados, los inquietos se calmaron un poco y los que estaban llorando, que era medio grupo se logró tranquilizar y hasta logré ver algunas sonrisas en ellos. El tiempo del desayuno fué bastante interesante porque los que tenían más confianza salieron disparados a los juegos sin importar dejar su lonchera intacta, los más reservados se sentaron enfrente del aula a comer tranquilamente y al terminar algunos se integraron a los juegos. Ver el cómo inicia su vida social con niños de su misma edad me satisface enormemente, porque aunque ellos aún no son del todo conscientes de que tú ya formas parte de su crecimiento, es una responsabilidad inmensa dejar buenos recuerdos, a pesar de que en un futuro serán sólo vagos recuerdos.
A la hora de la salida la emoción en sus rostros de volver a ver a sus padres es grandioso, porque se dan cuenta de que no los dejaron aquí abandonados, tuve que esperar más tiempo del necesario ya que al parecer si olvidaron a un niño.
— Buenas tardes. — media hora después de la hora de salida llegó el padre del niño. — Disculpe la tardanza, pero se acumuló el trabajo y no pude venir antes.
— No se preocupe señor, mientras esperábamos estuvimos jugando.
— Gracias y no se volverá a repetir. Hasta luego.
— Nos vemos mañana maeta. — se despidió Peter.
Llegué a casa alrededor de las 2 de la tarde y encontré una nota de Lory que decía que estaría hasta tarde en el estudio ya que tenía varios trabajos que terminar y otros que entregar. La verdad es algo que suele pasar al inicio de semana desde que su estudio comenzó a crecer y darse a conocer por el buen trabajo que hace. Preparé las hojas con las que comenzaríamos a trabajar el día de mañana y también tendría que llegar un poco antes para separar las piezas que utilizaría.Comí algo ligero y le dejé a Lory un plato en el microondas para que lo recalentara cuándo llegara. Fuí a mi oficina a realizar unos gafetes con los nombres de mis alumnos y a cada uno le puse un personaje diferente de las caricaturas que espero les gusten a los niños y a las niñas.
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La Mamá De Mi Alumna // Adaptación Leidely
Hayran KurguLo que más me apaciona hacer es estar en el salón con mi grupo. Un nuevo grupo, el primer grado de preescolar. Nunca creí que con ésta nueva experiencia conocería al amor de mi vida, ese amor que tanto se resistía a llegar y que finalmente llegó co...