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Dí vueltas por la ciudad por no sé cuánto tiempo hasta que después de 7 llamadas le respondí a Alex.

Hasta que por fin contestas Elyzabeth. ¿Dónde estás?. —preguntó casi desesperado.

— Estoy llegando a la plaza. ¿Quieres tomar algo? — pregunté con cierta calma.

¿Tomar algo? — dijo alterado. — Leidy está aquí conmigo... — comenzó a susurrar. — Me contó lo de tu trabajo ¿Qué fué lo que pasó?. — ella fué lo que pasó. — Dice que fué su culpa y no para de culparse. — pues en teoría si lo fué. — Carajo ¡dí algo!.

— ¿Qué quieres que diga?. — pregunté molesta. — Ella tomó la decisión por si sola de ir al colegio para pedir el cambio de grupo y gracias a lo que dijo me despidieron alegando que ella fué la primera madre en decir que mi trabajo era malo y que la directora quería evitar a más madres quejándose por lo mismo.

— Ely...

— ¿Qué Akexander?. — grité enojada. — ¡Si vas a estar de su lado evita volver a llamarme!. — colgué y golpeé en repetidas veces el volante.

Creía que mi molestia se había esfumado hasta que atendí la llamada de Alex y me dí cuenta que no, que sólo estaba esperando el momento para explotar y lamentablemente fué con él. Enojada era poco porque perdí mi trabajo y sé perfectamente que no es el fin del mundo, que puedo conseguir otro, pero ya llevaba poco más de 6 meses dándole clases a ese grupo, ya me había encariñado, si tenía mal humor ó no tenía ánimos bastaba que ellos llegaran para que eso cambiara. Todos mis alumnos le daban alegría a mi día y eso pasaba porque amo lo que hago, amo estar en el salón de clases con mis chiquitines y ahora no me queda nada de ellos y ellas.




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Volví sin ganas de nada a mi departamento y justo en la puerta estaba Leidy con Alya a un lado y que jugara esa carta ahora me pone mal, porque sabe perfectamente que no me puedo resistir a ella. Y efectivamente en cuánto Aly me vió salir del elevador salió corriendo a mis brazos.

— ¡Mami!. — grito mientras corría. — Te extañaba. — dijo ya en mis brazos.

— Yo también princesa, yo también te extrañaba. — susurré escondiendo mi rostro en su cuello tratando de retener las lágrimas.

— ¿Mamá?. — le preguntó a Leidy al verme así. Leidy se acercó a nosotras y también nos abrazó.

— No pasa nada mi amor. — la tranquilizó.

Entramos a mi departamento y aunque no quería hablar aún con ella, que quería espacio para pensar las cosas no puedo estar lejos de ellas, las quiero con el alma y no tenerlas me parte el corazón. Me recosté en el sofá más grande y Alya tan cariñosa conmigo se acostó sobre mí para darme mimos, realmente necesitaba sus muestras de amor.

La Mamá De Mi Alumna // Adaptación LeidelyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora