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Cuándo desperté eran casi las 2 de la tarde, me levanté con mucho cuidado para evitar despertar a Leidy y poder traerle el desayuno a la cama. Llegué a la cocina y comencé a preparar todo, 30 minutos después ya tenía todo listo en una bandeja y volví al cuarto con ella.

— Leidy despierta. — me senté a su lado acariciando su mejilla con suavidad.

— No, otros 5 minutos. — escondió su rostro en la almohada.

— Vamos levántate para comer algo. — sin muchos ánimos se sentó en la cama con la intención de pararse para bajar. —Tranquila ya está todo aquí. — dije señalando la bandeja que dejé sobre su cómoda.

Me senté a su lado y disfrutamos de unos waffles rellenos de nutella, un pequeño plato de fruta y un jugo de naranja.

— Gracias todo estaba delicioso. — dijo terminando su jugo. — Voy a darme un baño.

La ví levantarse de la cama con dirección al baño de ésta, tomé la bandeja y fuí a la cocina para dejar todo limpio y al terminar me senté en la sala. Es mejor hablar ya, que esperar que pase más tiempo, es hora de la verdad.

— Hola. — dijo y si recién despierta se vé hermosa ya un poco arreglada me deja sin palabras. — Ely quiero disculparme, sé que querías estar conmigo, pero se me salió, fueron mis celos hablando y...

— Ya está hecho no podemos hacer ya nada. — dije poniendo mi dedo índice sobre sus labios. — Además me encanta que Aly me diga mami. Por cierto ¿eso no te molesta?.

— Ella me dijo que te preguntara, pero no me dió tiempo, sólo comenzó a hacerlo.

— Leidy hay algo importante que tengo que decirte. — bien hora de tomar coraje.

— ¿Qué pasa?. — preguntó nerviosa.

— Yo debí decirte ésto antes de iniciar nuestro noviazgo, pero por cobarde y estúpida no lo hice.

— Ely que pasa me estás asustando. — dijo tomando mis manos entre las suyas. — ¿Estás enferma? ¿Es eso?.

— No, no estoy enferma. Yo... — carajo porqué a éstas alturas de mi vida vuelven las malditas inseguridades. — Yo soy una mujer...

— Eso ya lo sé. — dijo interrumpiendo mi discurso cero planeado. — Eso que tiene que ver.

— Ok lo voy a decir sin mas vueltas.

— Te lo agradecería.

— Soy una mujer intersexual. — dije soltando sus manos y bajando la cabeza. Sentí cómo se levantó de mi lado y de pronto soltó una audible carcajada. — ¿Te parezco graciosa?. — pregunté molesta por su reacción.

— No es eso Ely. — dijo después de burlarse en mi cara. Se acercó a mí y se sentó a horcajadas sobre mí. — Ya lo sabía, lo supe el primer día que me senté en tus piernas y lo confirmé la primera noche que dormiste conmigo. — me dejó sin palabras, no me esperaba el que ella ya tenía conocimiento de ésto. — Pero luego volví a sentarme en tus piernas y parecía que había desaparecido, acaso ¿lo escondes?. — otra vez bajé la mirada ante esa pregunta. —No, no bajes la cara no tiene nada de malo.

— Si lo tiene, lo escondía porque tú una vez mencionaste que tu experiencia con un hombre, que es con el único que has estado y es el padre de Alya... había sido horrible y que fué repugnante ese momento. — susurré lo último, coloqué mis manos en su cintura y me acerqué a esconder mi rostro en su cuello.

— Pero eso no quiere decir nada. — comenzó a acariciar mi cabello tramitiéndome esa tranquilidad que yo no tenía en ese momento. — El que con él haya sido horrible el sexo no significa nada.

La Mamá De Mi Alumna // Adaptación LeidelyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora