Capítulo 16

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Este era uno de esos momentos en mi vida en los que no sabía si reír, llorar o salir corriendo lo más rápido posible.

Hyunjin sonrió estrechamente.

-Puedo decir lo que estás pensando. No es que pueda leer tu mente, pero está escrito por toda tu cara. Piensas que soy peligroso.

Y un idiota... y sexi, pero no iba a admitir eso. ¿Y un extraterrestre? Sacudí mi cabeza.

-Esto es loco, pero no te tengo miedo.

-¿No?

-No -Me reí pero sonó un poco loco, no convincente-. ¡No te ves como un alienígena!

Parecía importante señalar eso.

Él arqueó una ceja -¿Y cómo se ven los extraterrestres?

-No... no como tú -balbuceé-. No son calientes.

-¿Crees que soy caliente? -sonrió. Le disparé una mirada sucia.

-Cállate. Como si no supieras que todos en este planeta piensan que eres guapísimo-Hice una mueca, sorprendido de estar teniendo esta conversación-Los extraterrestres, si es que existen, son hombrecitos verdes con grandes ojos y brazos delgados o... o insectos gigantes o algo como una pequeña criatura grumosa.

Hyunjin soltó una carcajada. -¿ET?

-¡Sí! Como ET, idiota. Estoy tan feliz de que encuentres esto divertido. Que quieras joder mi cabeza más de lo que ya la jodieron. Quizás me golpeé la cabeza o algo. -Empecé a pararme.

-Siéntate, Lix.

-¡No me digas que hacer! -Él se paró fluidamente, con los brazos a los costados. Ese brillo raro llenó sus ojos, como dos órbitas de pura luz.

-Siéntate.

Me senté. Con el saludo de un dedo, por supuesto. Él ahora podría querer compartir su extrañeza conmigo, Señor alíen malo, pero instintivamente sabía que no me lastimaría.

-¿Me mostrarías como te ves en realidad? ¿Brillas, no? Y por favor no me digas que casi bese a un gran insecto come cerebros, porque en serio voy a...

-¡Lix!

-Perdón -murmuré.

Hyunjin cerró los ojos e inhaló. Una luz apareció en el centro de su pecho y como antes en el camino, empezó a vibrar y se desvaneció hasta que nada salvo esa luz amarillo-rojiza lo rodeaba. Luego la luz tomó forma. Dos piernas, un torso, brazos, y una cabeza hecha de nada salvo luz. Una luz tan intensa que iluminó todo lo que nos rodeaba, convirtiéndo la noche en día. Cubrí mis ojos con una mano temblorosa.

-Mierda.

Y cuando habló, no fue en voz alta. Fue en mi cabeza.

-Así es como nos vemos. Somos seres de luz. Incluso en nuestra forma humana podemos controlar la luz a nuestra voluntad. -Hubo una pausa -Como puedes ver no luzco como un insecto gigante. Ni... brillo. - Incluso en mi cabeza pude oír el disgusto de su voz en esto último.

-No -susurré. De todos los libros paranormales que leí y reseñé, ninguno resplandecía así. Algunos brillaban en la luz. Otros tenían alas. Ninguno era un maldito sol gigante.

-O una pequeña criatura grumosa, cosa que encuentro ofensiva, por cierto -estrechó un brazo hecho de luz hacia mí. La mano con dedos, con la palma hacia arriba-. Puedes tocarme. No duele. Imagino que es agradable para los humanos.

¿Para los humanos? Santo. Niño. Jesús. Tragando nerviosamente, levanté una mano. Parte de mi no quería tocarlo, pero ver esto, estar al lado de algo tan... tan, bueno, fuera de este mundo, tenía que hacerlo.

OBSIDIAN¹ [HYUNLIX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora