La noche del baile estaba lleno de nervios. Una gran parte de mí quería llamar a Seonghwa y disculparme, especialmente desde que rechazó la idea de compartir el viaje con los chicos, pero ya mi mamá había comprado el traje y Yeji había hecho un excelente trabajo haciéndome ver bien.
Mi cabello había sido arreglado con algo de gel y peinado hacia atrás, exponiendo mi cuello. Unos pocos mechones rubios estratégicamente puestos colgaban por mis sienes y descansaban sobre mi cuello desnudo. Incluso había rociado esta cosa brillante con esencia de vainilla en mi cabello, así que cuando giré mi cabello brillaba. Mis ojos eran de un marrón cálido, debido a la delineada que ella les había dado. También estaba bastante seguro de que había aplicado mucha máscara de pestaña, porque mis pestañas nunca habían sido tan largas o gruesas. Su toque final antes de salir corriendo a reunirse con Chenle fue el brillo que pintó en mis labios, haciéndolos ver voluminosos.
Me inspeccioné en el espejo antes de bajar. Era como mirar a un extraño, e hice una nota mental para usar maquillaje con más frecuencia.
Mamá se puso a llorar en el momento que me vio. —Oh, Dios mío, cariño, te ves tan hermoso. —Fue a abrazarme, pero se detuvo—. No quiero arruinar nada. Déjame tomar mi cámara fotográfica.
Aunque no la envidiaría en este momento. Esperé hasta que regresó y tomó una docena de fotos. Vestida con su bata de enfermería, se vio un poco divertida tomando fotos.
—Ahora bien, este tipo Seonghwa —comenzó, con arrugas en la frente—. Nunca hablaste de él.
Oh, Señor. —Somos amigos. Nada más, así que no tienes nada de qué preocuparte.
Me lanzó una mirada maternal. —¿Qué pasó con el chico de al lado, Hyunjin? Saliste con él un par de veces, ¿verdad?
Me encogí de hombros. Esa era una conversación que no podía ni siquiera comenzar a abordar con mi mamá. —Uh, estamos enemistados.
—¿Qué? —Su entrecejo se frunció.
—Nada —suspiré, mirando mi mano. No había una sola marca en mis dedos. Había un rastro, sin embargo, aún permaneciendo débilmente, según dijo él—. Somos amigos.
—Bueno, es una pena. —Se estiró, alisando un rizo errante—. Parecía un buen chico.
¿Hyunjin? ¿Un buen chico? Mmm, no. Un alto sonido de motor desde el exterior terminó nuestra conversación. Me acerqué a la ventana, echando un vistazo. Buen Señor. El camión de Seonghwa era del tamaño de un submarino.
—¿Por qué no van a cenar como Yeji estaba diciendo? —preguntó mi madre, preparando la cámara para otra ronda de disparos.
Desde que Seonghwa había vetado la idea de compartir el viaje, yo veté la cena. Seonghwa pasaría por mí aquí, por lo cual no estaba muy emocionado, pero encontrarnos en el baile parecía estúpido. Por no hablar de que él tenía las entradas.
No le respondí mientras iba a la puerta y la abría. Seonghwa estaba allí, vestido de esmoquin negro. Estaba un poco sorprendido de que tuvieran uno que le encajara. Sus ojos, que parecían un poco nublados, viajaron por mí de una manera que convirtió mi piel en el color de mi traje.
—Te ves caliente —dijo, sacando un ramillete que fue alrededor de mi muñeca.
Hice una mueca, oyendo a mi mamá aclararse la garganta. Tomando el ramillete, me eché a un lado y dejé entrar a Seonghwa. —Mamá, este es Seonghwa.
Seonghwa dio un paso adelante, sacudiendo la mano extendida de mi madre. —Ahora me doy cuenta de dónde sacó Felix su forma de verse.
Mi madre arqueó una ceja, convirtiéndose en la reina del hielo. Seonghwa no había hecho un fan. —No eres amable.
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OBSIDIAN¹ [HYUNLIX]
أدب المراهقينEmpezar de nuevo apesta. Cuando nos mudamos a West Virginia justo antes del último curso, ya me había resignado al acento raro, a tener mala conexión a Internet y a aburrirme como una ostra... hasta que vi al sexy de mi vecino, tan alto y con unos o...