No estaba seguro de si estaba soñando, pero si lo estaba, no quería despertar. El aroma de melocotón y vainilla me envolvía, me rodeaba.
Lix
Sólo él olía tan maravilloso, a verano y a todas las cosas que quería y nunca tendría. Su cuerpo estaba presionado contra el mío, con su mano apoyada en mi estómago. El ritmo constante de su pecho subiendo y bajando se volvió mi mundo entero, y en este sueño —porque debía ser un sueño— sentí mi propio pecho emparejarse con su respiración.
Cada célula de mi cuerpo se despertó y ardió. Si yo estuviera despierto, seguramente tomaría mi forma verdadera. Mi cuerpo estaba en llamas.
Sólo era un sueño, pero se sentía real.
No pude resistir deslizar mi pierna sobre las suyas, descansando mi cabeza entre su cuello y su hombro, e inhalé profundamente. Divino. Perfecto. Humano. Respirar se volvió más difícil de lo que había imaginado. La lujuria crecía dentro de mí, pesada y consumiéndome. Probé su piel — Un pequeño toque de mis labios, un poco de mi lengua. Él se sentía perfecto debajo de mí; suave en todos los lugares que hacía difícil controlarme. Moviéndome sobre él, contra él, amé el sonido que hizo —un suave murmullo delicado que hizo que todo dentro de mí ardiera en pedazos.
—Eres perfecto para mí —susurré en mi propio idioma.
Él se removió, y soñé que él respondía, queriéndome en vez de odiarme.
Bajé mis manos, deslizándolas debajo de su camisa. Su piel se sentía como satín debajo de las yemas de mis dedos. Hermoso. Apreciado. Si él fuera mío, adoraría cada centímetro de él. Y quería hacerlo. Ahora. Mi mano subió, subió, subió.
Lix jadeó.
La nube de ensueño se disipó mientras el sonido hizo un camino hacia mí.
Cada músculo se tensó. Muy lentamente, me obligué a abrir mis ojos. Su esbelto y agraciado cuello estaba frente a mí. Una sección de piel estaba rosa de la barba de mi mandíbula...
El reloj en la pared sonó. Mierda.
Lo sentí levantarse, en mi sueño.
Levanté mi cabeza y bajé mi mirada. Lix me observaba, sus ojos eran de un ahumado y maravilloso gris y me cuestionaba. Doblemente mierda.
—Buenos días —dijo, su voz ronca por el sueño.
Usando mi brazo, me empujé hacia arriba y aun así, sabiendo que nada de esto había sido un sueño, no podía apartarme de él, no quería hacerlo. Una necesidad infinita estaba allí, en él, en mí. Exigiendo que me arrodille ante el sentimiento, y yo quería—maldición, ni siquiera sé lo que quiero.
La única cosa que llegó a mí, después de que las capas de lujuria e idealista estupidez se desvanecieran de mi mente, fue el rastro de luz alrededor de él. Parecía una estrella brillante.
Estaba en peligro. Era un peligro para nosotros.
Con una última mirada, me levanté para cruzar la habitación con una velocidad inhumana, cerrando la puerta detrás de mí. Cada paso que me alejaba de esa habitación, de esa cama, era tenso y doloroso. Al doblar la esquina, casi choque con mi hermana.
Yeji me estudió, sus ojos se entrecerraron.
—Cállate —murmuré, pasando a su lado.
—Yo no he dicho nada, idiota —Su rostro traicionaba sus palabras.
Una vez dentro de mi dormitorio, rápidamente me cambié a un par de sudaderas y amarré mis tennis. Casi chocar con mi hermana, casi me había calmado, pero había algo en mis nervios que no desaparecía y tenía que estar fuera de esta casa, lejos de él.
Sin molestarme siquiera en cambiarme mi camisa, tomé más velocidad, saliendo disparado a través de la casa y atravesando la puerta principal. En el momento en que mis tennis tocaron el pórtico, me los quité y me adentré en el bosque aumentando la velocidad. El cielo era gris y sombrío. La llovizna golpeaba mi cara como un millón de pequeñas agujas. Lo tomé como una bienvenida, adentrándome y adentrándome en la profundidad del bosque.
Luego me deshice de mi piel humana, tomando mi verdadera forma mientras corría entre los árboles, moviéndome hasta que no fui nada más que un rayo de luz.
Esto estaba mal. Piensa en Sam. Mira lo que pasó con él.
¿Quieres correr el mismo riesgo? ¿Dejar a Yeji totalmente sola? Pero aún ahora podía sentir su piel, su sabor—dulce y azucarado como un caramelo. Escuchar ese maravilloso sonido que hizo una y otra vez, que no haya ni un centímetro de distancia entre nosotros.
Una idea comenzó a formarse —Una que Yeji posiblemente odiará, pero no tenía ninguna otra opción. Podría ir al DOD y pedirles mudarnos a una de las otras comunidades. Estaríamos renunciando a nuestra casa, dejando atrás a nuestros amigos y Chan, pero sería lo mejor. Sería lo correcto. Yeji estaría a salvo.
Lix estaría seguro.
Porque Yeji no podía estar alejada de él, tanto como yo tampoco podía. Pero no importa a donde fuera, estaba huyendo de algo que estaba conmigo: Lix.
Él no estaba en esa cama cuando regresé a la casa
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OBSIDIAN¹ [HYUNLIX]
Fiksi RemajaEmpezar de nuevo apesta. Cuando nos mudamos a West Virginia justo antes del último curso, ya me había resignado al acento raro, a tener mala conexión a Internet y a aburrirme como una ostra... hasta que vi al sexy de mi vecino, tan alto y con unos o...