La risa molesta y enloquecida de Baruck hizo eco alrededor de mi cráneo. —¿Has venido a morir con él? Perfecto. Esto lo hace mucho más sencillo, porque creo que lo he roto.
La sombra de Hyunjin seguía los salvajes movimientos de Baruck, desvaneciéndose y tomando su forma real—la forma en la que él podría ser asesinado.
—Tiene buen sabor, también. Diferente de alguna manera —se burló—. No como Luxen, pero valió de pena al final.
Lanzándose contra Baruck, Hyunjin se lanzó a si mismo varios metros de distancia con una poderosa explosión de luz con su brazo extendido. —Voy a matarte.
Baruck rodó sobre su espalda, casi ahogándose con su risa.
—¿Crees que puedes conmigo, Luxen? He devorado algunos más fuertes que tú.
Hyunjin aulló con coraje, la ira ahogó cualquier cosa que Baruck podría haber dicho, envió otra ráfaga de luz hacía él. Sentí el suelo debajo de mí temblar, me las arregle para levantarme sobre mis codos. Cada movimiento, no importa cuán pequeño, enviaba un dolor agudo a través de mí, podía sentir mi corazón luchar. Rayos de luz danzaban en la oscuridad del Arum. Ellos intercambiaban golpes, sin tocarse.
Brillantes bolas naranjas de fuego se formaban en las puntas de los dedos de Hyunjin. Ellas se dispararon a través de Baruck, serpenteando hasta chocar contra los árboles. El mundo se convirtió en color ámbar y oro.
El calor me golpeó, brasas en el aire, flotaron antes de mandarme de nuevo al suelo.
Cada golpe hizo la tierra temblar, dejándome de nuevo en el suelo, rayo de luz moviéndose por el campo, como si fuera una estrella fugaz, pero a través del suelo con una velocidad vertiginosa.
La luz se disparó entre Hyunjin y Baruck, serpenteando hasta alcanzarme.
Manos cálidas tomaron mis hombros y me levantaron. —Felix, habla conmigo —rogó Yeji—. ¡Por favor háblame!
Nada pasó cuando traté de hablar. Ninguna palabra salió.
—Oh, mi Dios. —Yeji estaba llorando, sus lágrimas caían de su hermoso rostro y aterrizando en mi pecho en silencio.
Me jalo a sus delgados brazos mientras gritaba por su gemelo. Hyunjin se apartó de la batalla, al mismo tiempo que Baruck lo hizo.
En un pestañeo un rayo de oscuridad se disparó directamente hacía nosotros, golpeando a Yeji en la espalda. Ella gritó de dolor y cayó en sus rodillas. Miro hacia arriba, sus ojos brillando en un blanco intenso.
Se levantó en cuclillas, su forma humana borrosa envuelta en luz brillante.
Hyunjin devolvió el golpe con más fuerza y retumbó en el suelo. Baruck esquivo el ataque de Hyunjin y fue después hacía Yeji que gritando con furia, se abalanzó contra Baruck.
Él la agarró de nuevo. Por un segundo la oscuridad la trago, luego ella se derrumbó en el suelo retorciéndose. Hyunjin fue hacía Baruck, tacleándolo y tirándolo al suelo en un ataque que fue tan potente que iluminaba todo alrededor. De las ramas se sacudieron las hojas secas, como una lluvia macabra y muerta que cayó al suelo. El aire estaba cargado de poder.
Lo sentía en mis huesos. Gruñendo. Me levanté en mis pies y tomé un respiro. No iba a morirme de esta manera. Mis amigos no iban a terminar de esta manera.
Yeji estaba de pie, balanceándose de un lado a otro. Sangre salía de su nariz.
Ella sacudió la cabeza, se tambaleó y caminó hacia adelante.
Vi lo que iba a ocurrir continuación a través de una vista muy estrecha. Las cosas parecían pasar en cámara lenta, me apresuré hacía adelante, Hyunjin miró sobre su hombro a su hermana. Baruck sacó su brazo hacía atrás, preparándose para otro ataque. La imagen del árbol partiéndose a la mitad pasó como un flash frente a mí.
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OBSIDIAN¹ [HYUNLIX]
Fiksi RemajaEmpezar de nuevo apesta. Cuando nos mudamos a West Virginia justo antes del último curso, ya me había resignado al acento raro, a tener mala conexión a Internet y a aburrirme como una ostra... hasta que vi al sexy de mi vecino, tan alto y con unos o...