🎴Vodka rojo con limón 🎴

983 64 82
                                    

Nori

Podía escuchar la música desde mi apartamento al tener las ventanas abiertas.

Estaba terminando de arreglarme, dando los últimos retoques a mi cabello, el cual había decidido dejar suelto y hacerme unas ligeras ondas. Era verano y con el calor que hacía, no estaba dispuesta a tirarme mucho tiempo con la plancha o las tenacillas.

Había optado por ponerme una falda corta con un poco de vuelo, a conjunto con una camiseta de tirantes y unas sandalias con algo de tacón. Un outfit cómodo con el que pudiera aguantar toda la noche. Porque hoy, pensaba divertirme y olvidarme de todo.

Eché un último vistazo a mi teléfono para ver la hora antes de salir de casa. 22:35h. Tomé la bolsita que había dejado preparada en la entrada antes de cerrar la puerta.

Con cada paso que daba, notaba las vibraciones de la música en mi pecho, siendo cada vez más consciente de los decibelios a los que tendrían que estar los altavoces. Sonreí sin darme cuenta, aceptando que esta noche, una vez más, se pasaría la policía a hacernos una de sus encantadoras visitas.

Así era cada vez que se hacía una fiesta en casa de los Akashi, aunque a ellos no parecía importarles, y siempre tenían una buena excusa para volver a celebrar algo.

La puerta de su casa estaba abierta de par en par. Había gente en la entrada, hablando y fumando, ya con unas copas de más.

Entré con cuidado de no tropezar con el pequeño escalón que separaba el interior de la vivienda y la calle, buscando con la mirada al anfitrión de ese día.

Conocía esa casa como la palma de mi mano, ya que había pasado ahí mucho tiempo, quizás más del que me gustaría admitir. Aunque ahora, por circunstancias de la vida, ese sitio en el que me encontraba se sentía diferente, pues cada vez que apoyaba un pie dentro, una presión se instalaba en mi pecho y me impedía respirar. Mi pulso se aceleraba y todos los recuerdos volvían a mí, golpeándome sin piedad.

Respiré profundamente, forzando una sonrisa para autoconvencerme de que esa sensación se acabaría marchando y sino, yo misma me encargaría de hacerla pedazos. No estaba dispuesta a dejar que aquello me controlara.

Me abría paso entre la multitud de personas que estaban en el pasillo, llegando a la sala principal. Y ahí estaba.

—¡Haru! — Se giró para mirarme con una sonrisa y abrir los brazos para recibirme.

Salté sobre él, rodeándole el cuello y después dejando un beso en su mejilla.

—Feliz cumpleaños, Haru. — Estiré mi brazo para colocarle unos mechones detrás de la oreja y poder observar mejor su rostro. — Me alegro de que no te hayas puesto el cubre bocas, estás más guapo así. — Sonreí para ofrecerle la bolsita que había traído conmigo.

Tsk... Siempre me dices lo mismo, Nori. — Me devolvió la sonrisa, tomando con cuidado el regalo. — Sabes que no hacía falta que me compraras nada.

—Porque eres demasiado atractivo para andar tapándote. Y esto. — Volví a estirar mi mano para acariciar sus cicatrices. — No es algo que tengas que esconder, forma parte de ti. Sigues siendo hermoso, Haru. — Retiré mi mano cuando vi cómo mi amigo comenzaba a ruborizarse y solté una pequeña carcajada. — Y obviamente no iba a dejar sin regalo de cumpleaños a mi chico favorito, ya lo sabes.

Sacó el contenido de la bolsa y pude ver cómo se le abrieron los ojos de golpe.

—Espera... ¿Esto es...? ¡Y es la edición limitada!—Tomaba el CD con cuidado mientras la emoción volvía a apoderarse de él. — Nori... ¿Está firmado? ¿Has conseguido que me lo dediquen?

MASTER OF SEX ~ Izana Kurokawa 🔞 ~ Tokyo Revengers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora