MASTER OF SEX ~ Izana Kurokawa 🔞 ~ Tokyo Revengers

🎴Somos tú y yo🎴

Nori

Me levanté de un salto del sofá tras escuchar el timbre de mi casa. Aunque no esperaba ver a nadie, podía imaginarme quién estaría al otro lado de la puerta.

—¿Estás enfadada?

Me observaba desde arriba, con una mano apoyada en el marco de la puerta y con mirada de cachorrito. Como si el muy capullo no me la hubiera jugado.

—Debería.

Torció la boca sabiendo que tenía razón. Me hice a un lado, desviando mi mirada para dejarle entrar.

Cerré la puerta y él me siguió hasta el salón, donde volví a tomar asiento, tal y como me encontraba antes de que llamara.

—Lo siento, Nori. Izana me dijo...

—Lo sé. — Palmeé el hueco que quedaba libre a mi lado para que se sentara junto a mí. — Izana es un capullo.

—¿Te hizo algo? Nori, si te hizo algo...

—No. No me hizo nada. ¿Crees que yo le hubiera permitido eso? No conservaría su cabeza. Ni siquiera siendo Izana Kurokawa.

Soltó una carcajada, sintiendo alivio al escuchar mis palabras.

—Pero no deberías haberme hecho ir hasta allí. Fue una encerrona, Haru.

—Lo sé y lo siento. Teníamos reunión y la canceló solo para verte. Estaba demasiado interesado, igual que el otro día en la fiesta.

—No importa. Sé que es el líder de tu pandilla y con esas situaciones te pone entre la espada y la pared. A partir de ahora, no le digas absolutamente nada de mí. No quiero que sepa nada de mi vida. Lo que tenga que saber, se lo diré yo misma. ¿Está claro? — Sanzu asintió mirándome con sus turquesas.

—Izana es insistente, Nori.

—Lo sé pero no tienes que preocuparte. Le dejaré claras las cosas. No volverá a meterte en esto.

Vi como respiraba y desviaba su vista hacia sus manos, que permanecían entrelazadas sobre sus rodillas.

—Me ha pedido tu teléfono.

Obviamente se lo ha pedido. Me extraña que no haya asaltado un hospital para averiguar también mi grupo sanguíneo.

—Dáselo.

—Nori. ¿Qué hay entre vosotros? No parece un simple lío como otros con los que... Bueno, ya sabes.

Me quedé unos instantes meditando la respuesta. ¿Estaría bien contarle lo que ocurrió el día de su cumpleaños? ¿Y explicarle el tipo de relación que ahora nos unía? Definitivamente no.

—Mmh... Eso creo que deberías preguntárselo a él. Ni siquiera yo misma lo sé y tampoco creo que fuera correcto contártelo, Haru.

Me miró confundido e intrigado porque normalmente no había secretos entre nosotros. En cierta parte, me dolía no poder ser del todo sincera con él. Sanzu era mi mayor confidente, siempre lo fue. Especialmente después de aquello. Siempre hablábamos de cómo me sentía yo pero nunca de cómo lo vivió él. Cada vez que el tema volvía a salir a la luz, él parecía querer evitarlo con todas sus fuerzas. No sé si porque se negaba a que aquellos dolorosos recuerdos volvieran a mí o porque él se sentía culpable.

—Sabes que no me gusta contar intimidades de nadie... — Intenté justificarme porque no quería que eso pudiera crear una barrera en la confianza que teníamos. — Es por eso que no puedo contártelo. Creo que lo único que puedo hacer es confirmarte lo que estás pensando. En tu cumple nos acostamos. Y, bueno, el otro día hablamos y parece que... Mmh... tendremos... ¿más acercamientos?