Izana
Ella se marchó, dejándome un vacío como nunca antes. Sé que voy a volver a verla. ¿Por qué me siento así?
Le había dicho a Nori que no era como los demás. Que yo no sentía. Mierda. ¿Por qué ella siempre tiene razón?
Me paso las manos por el cabello, exasperado.
No me gusta esto. Siento una presión en el pecho y los pensamientos se me arremolinan, sin dejar que piense con claridad. Y todo gira en torno a su nombre: Nori. Pero, cuando ella está conmigo, parece que me entiende, como si fuera la única capaz de hacerlo. Incluso cuando ni yo mismo puedo poner orden a mi cabeza y ni siquiera sé si soy capaz de sentir.
Ella tiene la voz de la razón y parece que sabe cada cosa que pienso. Nori habla y me explica todas esas cosas que yo soy incapaz de expresar. Hace que parezca que no soy un caso perdido. Me hace recordar cuando él estaba conmigo.
La he visto esta mañana y no he podido dejar de pensar en ella. En lo que dijo.
Reviso el cajón y agarro uno de los CDs para ponerlo en el reproductor. La música comienza a llenar la habitación y me tumbo en la cama mirando al techo.
¿Qué me gusta? Me gusta cuando Nori me mira. Me gusta cuando sonríe y sus mejillas se sonrojan. Me gusta cuando me habla. Me gusta cuando se asegura de que estoy bien y siempre me pregunta cómo me encuentro. Me gusta cuando me toca. Me gusta cuando se acerca a mis labios y saca la lengua, recorriendo los míos hasta que se sumerge en mi boca.
¿Qué odio? Odio que Nori me lleve la contraria. Odio que quiera tener el control de todo. Odio que no me responda las llamadas. Odio cuando añade una norma más a esa estúpida lista. Odio esa maldita lista. Odio cuando se ríe ante las bromas de los demás o simplemente les dedica una de sus bonitas sonrisas. Odio cuando se va y me deja solo. Odio que me haga sentir así.
Porque sí, tiene razón. Quizás sea capaz de sentir algo pero ni siquiera yo lo entiendo. Solo sé que se apodera de mí la rabia y que podría acabar con cualquiera que se cruzara en mi camino.
La canción sigue sonando de fondo y esos orbes color gris como el acero vuelven a aparecer en mi mente.
Ella se sienta delante de mí, en el suelo, y tengo que agarrar la guitarra con más fuerza para que no se resbale de mis manos. Sus ojos están fijos en los míos y está atenta a todos mis movimientos.
Siento mi cuerpo temblar. ¿Por qué diablos me pasa esto? Sólo es una mujer.
No, mierda. No es cualquier mujer. Es Nori.
Respiro hondo e intento concentrarme de nuevo en el instrumento. Respiro profundamente antes de colocarme y empezar a mover mis dedos sobre las cuerdas.
No quiero levantar la mirada. Si lo hago, sé que me perderé y no me refiero a la canción. Ella me está volviendo loco.
Termino de tocar e intento recobrar la compostura para poder mirarla a la cara. Sus ojos siguen abiertos pero me mira de una forma diferente. Sonríe como nunca antes la había visto. Tiene la sonrisa más bonita que vi jamás.
Mierda. Esta mujer será mi perdición.
—Sabes, nunca fui a un concierto. Me alegra que el primero haya sido este. En exclusiva para mí. Ha sido hermoso.
¿He sido el primero? ¿El primero para ella? ¿Ha dicho que era hermoso?
Y entonces se levanta, me acaricia y deja un beso en mi mejilla.
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MASTER OF SEX ~ Izana Kurokawa 🔞 ~ Tokyo Revengers
FanfictionMaster of sex | Tokyo Revengers | Izana Kurokawa Nori no quiere involucrarse sentimentalmente con nadie. Izana nunca ha experimentado emociones que le hagan sentirse vivo. Los dos entran en un juego sexual en el que los sentimientos están prohibido...