🎴Cansada de huir 🎴

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Nori

Trago fuertemente y froto las manos contra el costado de mis pantalones vaqueros, en un intento por controlar mis nervios.

Sigo haciendo eso hasta que siento que me pican y me arden las palmas. Las miro y están completamente rojas y sensibles.

Cierro los ojos con fuerza y vuelvo a inspirar. Los abro, mirando directamente la puerta que tengo delante.

Estiro mi mano para llamar pero, a diferencia de otras veces, esta vez lo hago de forma débil, sin fuerza ante los nervios que se apoderan de mí y también el miedo por enfrentarme a la situación.

¿Por qué siento miedo? ¿Porque me aterra que cuando le vuelva a ver me dé cuenta de lo que le he echado de menos? O peor... ¿Que él no me haya echado en falta y no quiera volver a verme?

Esto es lo que decidiste tú. Es lo mejor para ti. Eso dijiste. Ahora asume las consecuencias.

Una pequeña vocecita me recuerda ese mantra que me he estado repitiendo una y otra vez estos días para intentar convencerme de que debo alejarme de él. De que Izana no es bueno para mí. De que no hay ni habrá nunca un "nosotros".

Debo poner distancia entre Izana y yo para que, lo que quiera que sea esto, no vaya a más pero... Le prometí a él y a mí misma que llevaría esto al final, que lo acabaría y no lo dejaría a medias.

Pero...

Mierda. No ha sido buena idea venir. Quizás debería...

Antes de que pueda terminar cualquier frase en mis pensamientos, la puerta se desliza lentamente, dejando ver unos cabellos claros asomando por el hueco.

Los ojos fríos de Izana me miran fijamente. Permanece impasible con esa mirada helada que ahora, más que nunca, me hace temblar. Puede ser porque ahora sí que tiene motivos más que suficientes para juzgarme y mandarme a la mierda. No le culparía. Quizás, incluso, me haría un favor por ponerle fin a estas clases.

Mi cuerpo se tambalea y parece que mi voz me ha abandonado y se niega a salir. Me horroriza pensar que esos ojos violetas ahora puedan mirarme de otra forma.

—Hey. — Mi voz sale rasgada y en un susurro apenas audible.

Izana no dice nada. Continúa mirándome pero abre lentamente la puerta y se hace a un lado para dejarme pasar. Agacho la cabeza y comienzo a caminar y utilizo una fuerza sobrehumana para no arrastrar los pies. Siento que mi cuerpo pesa como nunca.

La puerta se cierra detrás de mí y el silencio vuelve a envolvernos.

Izana comienza a caminar y pasa por mi lado, en dirección a su cuarto. Yo, en silencio, me limito a seguirle. Entramos y vuelve a cerrar la puerta detrás de mí.

Me da miedo girarme y volver a enfrentarme a su mirada. Normalmente soy yo la que lleva el control pero ahora él tiene todo el derecho a gritarme y a echarme en cara mi comportamiento de estos días.

—Te he estado llamando estos días. — Su voz sale sorprendentemente tranquila pero sé que hay algo más detrás.

—Sí, yo... — Intentó buscar las palabras adecuadas pero sólo aparecen excusas absurdas en mi mente. — He estado ocupada.

—También te he escrito.

—Lo sé y yo... Realmente estuve ocupada.

Carraspeo la garganta. En realidad eso no es una mentira. Estuve distraída y con la mente en otra parte, llena de pensamientos y culpabilidad. Si mi cabeza estaba "ocupada", yo... ¿también?

MASTER OF SEX ~ Izana Kurokawa 🔞 ~ Tokyo Revengers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora