𝔄𝔠𝔩𝔞𝔯𝔞𝔠𝔦ó𝔫: 𝔈𝔰𝔱𝔢 𝔬𝔫𝔢-𝔰𝔥𝔬𝔱 𝔰𝔢𝔯í𝔞 𝔠𝔬𝔪𝔬 𝔲𝔫𝔞 𝔭𝔢𝔩í𝔠𝔲𝔩𝔞 𝔡𝔬𝔟𝔩𝔞𝔡𝔞, 𝔢𝔰𝔱𝔞𝔯á 𝔢𝔫 𝔠𝔞𝔰𝔱𝔢𝔩𝔩𝔞𝔫𝔬 𝔭𝔢𝔯𝔬 𝔢𝔫 𝔯𝔢𝔞𝔩𝔦𝔡𝔞𝔡 𝔢𝔰𝔱𝔞𝔯í𝔞𝔫 𝔥𝔞𝔟𝔩𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔢𝔫 𝔭𝔬𝔯𝔱𝔲𝔤𝔲é𝔰, 𝔦𝔤𝔲𝔞𝔩 𝔥𝔞𝔟𝔯á 𝔠𝔦𝔢𝔯𝔱𝔞𝔰 𝔭𝔞𝔩𝔞𝔟𝔯𝔞𝔰 𝔢𝔫 𝔭𝔬𝔯𝔱𝔲𝔤𝔲é𝔰 𝔭𝔢𝔯𝔬 𝔲𝔰𝔱𝔢𝔡𝔢𝔰 𝔢𝔫𝔱𝔦𝔢𝔫𝔡𝔢𝔫.
Ser la madrina de la hermosa Maria era el mejor regalo que tu mejor amiga te hizo, amabas a esa nena con todo tu corazón, pero dejando eso de lado, había otro factor que aumenta tu felicidad por ser madrina de la niña, es que tu mejor amiga era la personal manager de no más ni menos Richarlison de Andrade, y lo había elegido para hacer el padrino de la pequeña beba.
Tenías que fingir demencia para no volverte loca al lado de él, también sabiendo que siempre lo verías porque ese muchacho estaba pegado siempre a su ahijada. Encima había platinado su pelo corto y tenías que hacer fuerza sobrehumana para no comerlo con la mirada.
Hoy su ahijada cumplia dos añitos y habíamos decidido festejarle el cumpleaños en un salón, con toda la decoración, peloteros y por demás de juguetes, para consentirla eran los indicados, estabas jugando con Mari, corrían de acá para allá llevandola en uno de los carritos que había ahí mientras que Richar las seguía.
-"Bueno meu amor, la madrina se cansó, ¿vamos a jugar otra cosa?"
La pequeña asintió y le pido upa a su madrina, que encantada le hizo, ahora a su par se le puso el 9 de la Selección.
-"La bebé más linda del mundo..."
Esté le hablaba con ese tono de voz tonto que le ponemos a los bebés, Maria le tocaba la cara a su padrino con curiosidad, y vos te derretias por adentro con tal escena. Ojalá que algun día sea con el nuestro...Basta (T/N) con tus fantasías. Tan metida en tus pensamientos que ignoraste el hecho que Richar también te estaba viendo, la manera que sonreías al futbolista lo volvía loco.
Cuando la beba empezó a ponerse quejosa, se la llevaste a su madre para que le dé el pecho, y aparte para que este un rato con ella, desde que había empezado la fiesta la tenían Richarlison y vos.
Fuiste a por un trago a la barra para refrescarte y fijarte tu celular, cuando te tocan el hombro, ahí estaba el flaco de un metro ochenta y cuatro viéndote con una sonrisa.
-"Richar"
-"¿Cómo estás?"
-"Bien, trabajando mucho por suerte..."
-"Me alegro...¿Caipiroska tan temprano?"
-"¿No puedo?"
Coquetear era tan fácil, aunque el morocho parecía tener mucha labia, con vos nunca lo demostraba, tal vez sea porque jamás les dió el contexto o quería tener una relación normal por María, no sabías pero te encantaba hablarle casi como una trola y verlo tenso por vos.
-"Obvio que sí, estamos de fiesta ¿no?"
-"Claro..."