𝕷𝖆𝖚𝖙𝖆𝖗𝖔 𝕸𝖆𝖗𝖙í𝖓𝖊𝖟

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-”Por favor”

El nudo en tu garganta no te dejaba hablar, era imposible lo que estabas haciendo pero las cosas se dieron así, y no podías seguir con esto, era remar en dulce de leche.

Lautaro te tomaba de las manos no dejándote ir, habías ido a llevar los papeles de divoricio lo antes posible, ya no vivías con él y solo lo veías en la escribanía.

-”Lauti…No me hagas esto difícil”

-”¿Es por él? Decimelo, por favor”

-”No…Soy yo la que quiere esto”

-”No me mientas, no podes ni mirarme a la cara”

-”Lautaro ya esta, nos vamos a divorciar, yo me voy a ir a Londres…”

-”No me dejes...”

Veías como sus ojos se cristalizaron y vos no pudiste evitar hacer lo mismo, mira que habías luchado con no llegar a este punto pero la convivencia, o mejor dicho, la inexistencia de esta, logró esto, estar tanto tiempo sola hizo de a poco perder el amor que tenías por el jugador.

Y encima apareció un misterioso alguien que te robó el corazón, y te partía el alma que sea un compañero de él, por eso el accionar de esta manera, y lamentablemente Lautaro cayó muy tarde para poder redimirse de sus actos, o no actos, mejor dicho.

-”Escúchame, lo vamos a solucionar, déjame solucionarlo y volvemos a lo de antes, no…no me saques de tu vida”

Mordiste tu labio para evitar sollozar delante de él, sabías que una parte de vos, lo seguía amando con locura, desde ese día que lo viste jugando para Racing e hizo que el de seguridad consiguiera tu numero.

Tu mente era una catarata de recuerdos, lo amoroso que fue desde que le diste un poco de bola hizo que te enamoraras, regalos, flores, bombones, citas en cualquier lado, que te haga de comer, que disfrute de las pequeñas boludeces que te gustaba hacer. 

El punto más alto es cuando quedaste embarazada, hace tan solo un año, la emoción era incomparable, todo el día cuidándote, no dejándote hacer nada por miedo…pero eso no sirvió mucho, ya que a los dos meses lo perdiste de forma natural.

No se puede explicar lo devastados que quedaron los dos, fueron meses de puro dolor, al punto que Lautaro rompió y tiró todo lo que habíamos empezado a comprar para nuestro bebé. Y de ahí fue en picada, yo no quería estar con nadie y él estaba igual, nos empezamos a distanciar y justo empezaron los partidos con la selección, así que eran semanas sin verlo y cuando volvió tenía que seguir jugando con el Inter. Así que no lo veías, y eso te generó un vacío enorme, querías que este ahí, mimandote como era habitual. Pero no era lo mismo.

-”Lauti, ya hablamos…”

-”No, no hablamos bien, solo me dijiste que no estabamos bien y querías el divorcio, y despues te fuiste con el otro, yo…me equivoque en dejarte sola, tendría que haber estado para vos y superar lo de…el bebé juntos, pero no pude, y no merezco esto…No quiero que me dejes por esto”

Tu mente se empezó a llenar de dudas, soltaste sus manos, dejando los papeles sobre la mesa del comedor, limpiando tus lagrimas, miraste el piso, replanteando todo.

𝔒𝔫𝔢 𝔖𝔥𝔬𝔱𝔰;;𝔖𝔠𝔞𝔩𝔬𝔫𝔢𝔱𝔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora