vingt-neuf

862 132 71
                                    


Lee Minho quería escapar del Palacio Real.

Bueno, no.

Mentira, ¿Tal vez?

La vida estaba siendo dura con Jeongin de vuelta y la repentina determinación de Seungmin de quedarse en el ala de invitados. ¿Podía hacer eso? ¿Autoinvitarse? Se supone que no, pero cuando el mayordomo le indicó las exigencias de su prometido, fue difícil negarse. Se lo debía, ¿no? Por el mal rato que le había hecho pasar.

Inocentemente creyó que con Kimster cerca podría hablar una vez más sobre "el malentendido" y arreglar las cosas, pero al parecer ese no era el plan de Seungmin.

Apenas y había podido hablar con Jeongin sobre la reliquia, puesto que el mismo día que llegó tuvo que comenzar a arreglar todo para la llegada de Jisung, misma que sería al día siguiente.

Le quedaba menos de un día para tener a todo el elenco en el Palacio Real.

Todo. el. puto. elenco.

Minho estaba de los nervios, Seungmin al parecer cumplía un rol de "vigilante", pues por sobre hablar, cada uno de esos días había ido a su oficina, sentándose en silencio mientras él trabajaba y Jeongin se quedaba a su lado.

Ni siquiera eso detuvo el Marqués Irell.

Los "accidentes" seguían ocurriendo, tensando de más a Minho y buscando de inmediato la mirada de Kimster, en un intento de justificar en silencio que aquello no era adrede. Cada una de esas ocasiones, su prometido le dedicaba una mirada capaz de atravesarlo, y él se hacía chiquito.

Incluso en ese momento, donde sorpresivamente la tarde había transcurrido sin problemas, era incapaz de procesar los papeles que tenía enfrente.

La mayor parte del trabajo rutinario se lo estaba llevando Felix, y a medida que subía su carga cada vez menos se veían, lo que se traducía en algo bueno al no tener que lidiar con Hyunjin, pero en algo malo cuando sentía que necesitaba esa sonrisa para curarse un poco.

Por supuesto, tener a Changbin, Seungmin, Jeongin y Hyunjin en una misma habitación le sonaba como la peor de las ideas, así que por más que quisiera ver al Segundo Príncipe, se abstendría de llamarlo hasta que la situación se calmara, sí.

Ahora tenía que concentrarse en uno de sus -presuntos- últimos trabajos para la nación: mejorar la situación de las zonas afectadas por sequías.

Ya tenía el apoyo de exportación de bienes primarios, pero su testarudez le incitaba a ver si podía hacer algo más, un nuevo plan para contrarrestar ese tipo de situaciones, un plan B, una cosecha que no necesitara de tanta agua, algo.

Pero para empezar no podía pasar de la tercera línea de los informes sobre las zonas afectadas, teniendo que repetir una y otra vez las mismas palabras. ¿Quizás la zona afectada era él? Se rió para sus adentros de aquella mala broma, negando y parándose unos instantes.

"A este punto no voy a poder olvidar las zonas de Hatt, Savely, Jively... Espera, ¿Savely?"

Repentinamente un recuerdo le golpea, hasta ese momento no recordaba dónde estaba exactamente la reliquia más allá de que la habían encontrado cerca de un cuerpo de agua, en el territorio de Savely. Además, entre los posibles lugares que había traído Jeongin en sus mapas, estaba ese territorio, así que...

Seungmin, ¿Crees que puedas salir de la oficina un momento? -ante la mirada tan amenazante del menor, fue imposible no buscar excusarse-, tenemos que hablar sobre un tema serio.

- ¿Y no puedo escucharlo? -Kimster dejó la taza que tenía entre manos contra el platillo frente a él, levantándose como la etiqueta dictaba, de manera agraciada y elegante.

Sobreviviendo como el villano › 𝐋𝐞𝐞 𝐊𝐧𝐨𝐰 𝐡𝐚𝐫𝐞𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora