There Is a Light That Never Goes Out

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Ganar siempre llenaba su corazón.

El sonido del pitido anunciando el final solo lleno de euforia su cuerpo, porque después de cinco años, los merengues por fin conquistaron LaLiga y Sergio se sentía en la cima del éxtasis.

Los vítores de la hincha madridista retumbaban en sus oídos y se lanzó a los brazos de su equipo hundiéndose en la emoción del momento. Entraron y salieron de los vestidores entre sonrisas y gritos de alegría porque la victoria sabía demasiado bien debajo del agua lanzada por apretones de botellas.

La felicidad fue tanta que las gargantas se secaron demasiado rápido y el sudor se deslizaba por sus caras dejándolas brillar frente a las luces del estadio, y aún con las cámaras rodeándolos encima de ellos no pudieron arruinar la explosión de colores para cada uno.

Y los corazones palpitaban en sus gargantas sonando tan fuerte como los gritos de felicidad de los corazones blancos que pintaron la grama de su color. Jura que pudo ver los ojos de Isco hacerse de vidrio y resplandecer a la vista aún cuando se reúnen, se abrazan y se toman la foto para guardar aquel momento para siempre en la historia.

Sergio toma el capote con el logo del equipo en su corazón y comienza a balancearlo para el público y las cámaras, suave y bello como la sensación, pero el aire le arruina un poco el espectáculo, sin embargo, todavía así, se mantiene con una de las sonrisas más sinceras que haya expresado.

Recibe una llamada de sus padres y se siente agradable como el clima, pero termina rápido porque todavía está a ojos del mundo. Y mira a Luka derramar emoción como todos y realmente quiere besarlo entre la adrenalina, pero se lo traga y comienza a corear «campeones» para apoyar la energía.

Se toman de las manos y disfrutan de las emociones de un esfuerzo bien recompensado, y ya no importa si en algún momento titubearon o temblaron en la cancha, porque la corona llegó al final de todo, así que lanzan a Zizou al aire sobre sus brazos y corean su nombre, porque él era tan importante como todos ahí, el pilar que los sostenía sobre el tablero.

Se ríen por las reacciones de Luka y Gareth por preguntar sobre el trofeo, y gritan, saltan, corren y bailan porque al final de la noche todo valió la pena, y su legado quedara marcado en la historia.

Ellos eran historia.

Y en cuanto él y Luka se encuentran en el lugar más desolado del mundo, seguro de que no había nadie al rededor, se encargó de llenar de besos la cara de Luka para dejarlo en su historia.

...

Aún con toda la emoción, Sergio cumple sus promesas y en cuanto llegó la noche del día siguiente, su hogar es abarrotado por el conjunto blanco.

Las risas y voces llenan su casa y comienza a sentirse más como un hogar, mientras Marce trae las bebidas, los más jóvenes hablan sin parar y Cris se encarga de la cocina porque Toni ya quemó la mitad de las salchichas, que aunque parecieran incomible, a Morata parecen gustarle mucho.

Todos se ríen, conversan y se unen como familia, y Carvajal con Lucas parecen adorar a Zafiro, que estableció una conexión con todos bastante rápido, excepto con Toni, que no le agrado que rechazara una de sus salchichas carbonizadas.

Entonces llega Marcelo y todos parecen corear por su llegada, aunque probablemente era más por las bebidas en sus brazos que por la presencia del brasileño. El alcohol entra en sus sistemas y todos aman la comida de Cristiano porque parece ser el único capaz de hacer algo decente.

Escucha y ve a Luka quejarse con Gareth por encima de la música que no tenía idea de quién había escogido, porque nadie les dijo que el trofeo de LaLiga se entregaba hasta el comienzo de la temporada y no en el momento de ganar, parecen molestos y confundidos en una mezcla entre inglés, español y el alcohol enredando sus palabras que hace a todos reír por sus reacciones.

Perfecto || lukamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora