Después de un largo día de trabajo y ensayo como siempre había tenido el habito, en mi auto buscaba un lugar vacío para comer, claro que ahora tenia fama y tenia que cuidarme así que siempre iba a la hora antes de que los negocios cerraran y cuando ya no había gente. Pare mi auto enfrente de una cafetería vacía sin tomarme importancia a mi alrededor y solo entre.
Tome asiento y saque mi teléfono para quedar inmersa en el, mirando de vez en cuando a mi alrededor notando que no había nadie, mierda, creo que ya iban a cerrar, así que tome mis cosas dispuesta a irme.
–¡Buenas noches! disculpe espéreme un segundo.
–Oh, pensé que ya ibas a cerrar.. que bueno que no.
Deje mi telefono a un lado y note algo familiar en ese rostro.
–Está cafetería está abierta las 24 horas, pero bueno, señorita que desea pedir.
–Un frappe de moka por favor y si tienes algo de comer como un pastel de chocolate o algo así me gustaría una rebanada por favor.
El lápiz se movió de un lado a otro mientras me escuchaba, se fue.
Cuando regreso, me dio mi orden, si algun empleado de mi empresa estaria aqui diria que esto era mucho azúcar y si lo era, pero la dieta me estaba matando. Habia algo muy familiar en ese nuevo dueño.
–¿Compraste el lugar? esta cafetería solía ser de alguien que solía conocer..
–Lo compré, un amigo me comentó de el lugar el vecindario es muy seguro..
Todos esos recuerdos, llegando a mi mente, como extrañaba a Jack, lo seguia amando, todas esas cosas que habia hecho, mis videos musicales, las canciones que le habia escrito, después de la citas, el romance, la emoción. Hay rupturas, lágrimas, arrepentimientos y nostalgia.
–¿Y sabes que le paso el antiguo dueño? S-solo es curiosidad, n-no es por otra cosa
–No lo se
De la nada, alguna cara conocida, una vocesita, unos zapatitos y dos coletas de asomaron por la barra.
- ¿Amelia?
(Amelia es la hija adoptiva de Jack) Y fue asi, por su prescencia, por su vocesita de niña, que el nuevo dueño de la cafeteria me admitio que el era Jack, que todo este tiempo habia fingido que se habia cortado el cabello, habia fingido tener un acento ruso.
(Grace, ¿Como no te diste cuenta que era Jack si solo se corto el cabello?) Habian pasado, al menos 3 años, sin ver su cara, sin oir su voz, tres años cegada por las luces del escenario y de la fama.
Y derrepente nos vimos, abrazados en medio de la cafeteria, llorando. ¿Podemos regresar a cuando teniamos 19?
Yo sueño despierta y pienso cómo solíamos ser, solíamos ser
Y tú harías todas las pequeñas cosas que me hacen débil.
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𝓝𝓲𝓷𝓮𝓽𝓮𝓮𝓷. 𝓤𝓷𝓪 𝓪𝓾𝓽𝓸𝓫𝓲𝓸𝓰𝓻𝓪𝓯𝓲́𝓪
Teen FictionAhora que mis padres murieron y que los hermanos Lion están reunidos y felices, es momento de contar todo lo que ha pasado, todo lo que esconde debajo del perfecto manto de los grandes compositores y cantantes Lion.