Capítulo 22

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¿Tal vez habia quemado sus restos? ¿Tal vez lo habia enterrado en tierra no bendita?... O no descansaba en paz y queria algo de mi.

Creía mucho en la vida despues de la muerte, en el purgatorio y el juicio de Dios para cada uno.

Que me atormentara en mis sueños no era normal y mucho menos natural, sentia la necesidad de hacer algo por el y presentía que no era el primer secreto que Lili tenía, habia algo mas, lo sentía en la piel.

Había tenido pesadillas antes hasta más aterradoras, recordé el diablo, pero con personas que existieron y como si yo fuera otra persona que aún está viva, era más perturbador.

Mientras caminaba por la calle y metida en mis pensamientos recordé la primera vez que pase por este bosque y recuerdo no haber tenido esta sensación de que alguien me siguiera.

Aunque mis pasos eran rapidos sentía que algo me perseguía, mas en cambio miraba hacia atras y no habia nada, lo extraño era que sólo comencé a sentirme acompañada cuándo entre a este bosque, el bosque maldito. Empezaba a escuchar los latidos de mi corazón. Frenéticamente latía de miedo, sentia sus pasos y juraba casi escucharlos tras de mi, sentia que en cualquier momento me tomaría del hombro para tirarme al suelo, mire hacia atras de nuevo y no habia nada, pero algo me enchinaba la piel y sentía mi cabello en puntas, un escalofrío helado estremeció mi cuerpo y mis manos comenzaron a temblar.

A lo lejos podia ver la torre, sabia que si iba por toda la carretera tardaría más y lo que queria era llegar lo mas rápido posible, así que me adentre en el bosque y lo que sea que me sigue, lo perdería entre los arboles.

Había neblina por todos lados, solo la punta de la torre era visible y era la guía para salir del bosque.

Corrí en cuanto sentí que cada vez estaba mas cerca de mi, podia escuchar sus pasos, comenzaban a caer gotas de lluvia y de pronto la perdí, la punta de la torre estaba cubierta por arboles espesos, casi me suelto a llorar, al no encontrarla, intente controlar mis latidos, mi respiración era un reverendo desastre, me quede ahí donde estaba mirando hacia al rededor, no habia nadie, absolutamente nadie me seguía, sólo era victima de mi mente que se imaginaba toda clase de cosas locas, la lluvia comenzó a caer cada vez mas rápido y la neblina comenzó a desaparecer dejando ver el hermoso color verde del bosque, pero mi corazón se aceleró de nuevo al ver lo que tenia en frente.

Un caballo negro me miraba directamente, estaba parado sin mover un sola pata, sus ojos estaban clavados en mi, una mirada extraña, casi humana y aterradora, intente moverme, pero ante un animal salvaje es mejor estar quieto, aunque este no era un animal, si Sebastián estaba en lo correcto.

Casi sentí como si fuese una presa, a la cual comería y juro que mire como sonreía al ver que estaba sola.

No iba a quedarme y ver en que acababa esto, corrí lo mas rápido posible y escuche sus trotes tras de mi, mire hacia atrás y si, el me estaba persiguiendo y los mas aterrador de esto es que tomo la forma de un lobo negro, al instante tropecé con concreto y este quedó encima de mi.

Su fiera mirada choco con la mia que estaba muerta de miedo, el gruñía cerca de mi cara y yo intentaba quedarme quieta, muerta de miedo levante las manos en rendición.

Sebastián tenia razón, no era juego de su propia mente, era real y si no era un animal salvaje, tal vez no me haría nada.

El lobo bajo lentamente de mi y cesó sus gruñidos, mi pecho subía y bajaba, estaba muy asustada, mis manos y todo mi cuerpo temblaban de miedo.

Y de pronto un disparo hizo hueco en el bosque y el lobo desapareció en cientos de aves negras volando por el cielo.

Sebastián llegó a mi al instante me miro con preocupación mientras las gotas de agua resbalaban por su cara.

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