¿Segura Que No Te Gustó?

Capítulo 9: Una Aparición No Tan Deseada.

Me he quedado en shok, mi madre me está echando de su casa solo porque me bese con una chica.

-Se suponía que tu y Tyler se iban a casar y que me darían nietos , pero no pensé en que tu fueras una puta lesbiana de mierda- Espera espera ¿nietos? ¿Esta mujer esta loca o que? Dios.

Me quedé callada y simplemente subí a mi cuarto recogí todo lo que es mio y baje sali por la puerta con una maleta y un río de lágrimas en los ojos.

Empecé a caminar, sabia perfectamente donde quería ir. En cuanto a mi madre , a ella la mande al diablo.

Siempre me manipuló diciendo que yo tenía mucho que agradecerle y que yo tenía que ser lo que ella quisiera y como ella quisiera, en cuanto al trauma que tengo con las malas palabras es toda una historia.

No recuerdo bien lo que pasó pero es algo traumatizante para una chica de tan solo unos 10 años, fui secuestrada y entrenada por más de 6 años para luego de esos 6 años ser vendida fueron más de siete años de sufrimiento y de gritos pues cada vez que hacia algo malo me hablaban horrible y de ahí mi trauma con las malas palabras, me causaban recuerdos, aunque ya no tantos.

Me reincorporé a la sociedad a los 17 años porque dure más de 5 meses sin poder hablar luego de eso yo que ya era una prodigio en cuanto a la escuela pude adelantar mis años hasta estar aqui donde estoy ahora, años de estudio para poder estar en la Universidad con mis amigos otra vez, fue una lucha de años.

Pero lo logre y aquí estoy frente a la puerta de la chica que me gusta, llorando como una estúpida.

Ella habré la puerta extrañada pues ha escuchado como he estado llorando por más de cinco minutos.

-Oye oye A-amelia que te pasa dimelo- pregunta muy preocupada por mi la amo.

-So-solo es que te lo contaré todo dame un segundo- digo tratando de volver a la normalidad.

Le conté todo lo anterior y nos sentamos en el porche de su casa y quedamos ahí simplemente abrazadas y yo llorando como una niña pequeña.

-Vamos adentro- dice y yo sólo me quedo hay sentada abrazando mis rodillas.

-Vamos Amelia, cariño- ella siempre es tierna cuando quiere, jaja, pero ese no es el tema.

Luego de entrar en su casa, ya en la sala, mientras me daba mimos y yo trataba de entender porque mi madre nunca aprendió a quererme y apoyarme con cualquier cosa, escuchamos el timbre de su casa, ella me dejo en el sillón luego de decirme que volvería y dejándome un casto beso en la boca, se fue a abrir la puerta.

-hey Sam- ella saluda, mierda porque justamente hoy tiene que llegar Samanta.

Me levanté tan rápido del sillón que me dio un mareo en el intento.

Pero nada me va a impedir llegar hasta la puerta y demostrarle a esa perra que esta llegando muy tarde, jaja.

- Hola Samanta- saludo mon mucha alegría, sosteniendo el brazo de Mari mientras me recuesto sobre este.

- Hola Amelia- me saluda con una sonrisa muy falsa.

-Y como haz estado?, adelante porque no entras?- hecho para atrás llevando conmigo a Mari para que ella pueda entrar.

-no esta bien yo sólo pasaba ya que recién llegaba y quería ver si habías conseguido la casa de tus sueños y veo que si- hay si mor como si yo me lo fuera a creer.

-que pena mor- digo haciendo un puchero.

Ella se retiró de la casa, doy un par de paso hasta el gran portón del patio, solo para ver como se alejaba esa zorra.

Cuando me reincorpore a la sociedad, volver a ver a Mari fue como ver un pastel de chocolate, quería comermela pero me vi obligada a aceptar una cita con Tyler y mi madre me chantajeo para que me aceptará ser su novia, entre todo ese revuelo llego una chica a la Universidad, la cual fue por un tiempo, el interés amoroso de Mari.

Al final ella se fue y le dejo de interesar pero al parecer era correspondido y a Samanta le gusta Mari.

Ha vuelto y no me gustan sus intenciones, luego de que Samanta doblará la esquina, volví a acercarme a Mari y la arrastro conmigo hacia dentro de la casa, cierro la puerta, volvemos a la misma posición de antes que llegará Samanta.

-Eres una celosa, no puedo creer que la hallas hechado- se acercó hacia mi cara y pensé que me iba a besar, pero no, mato mis iluciones.

-No la heche, ella se fue sola-mencioné inocentemente.

-Si claro y yo no soy lesbiana- jaja que chiste más gracioso.

-Buen chiste mira como me rio- digo mirándola mal.

-¿Porque siempre me miras mal?- pregunto Mari mirándome triste.

-Es porque te quiero-hablo mientras le agarró de el borde de su suéter, para luego, entregarnos en una sesión de besos.

Dormimos juntas y en toda la noche no pude pegar un ojo por no dejar de pensar en que tan cerrada tendría la mente mi madre para hablarme de esa manera, y que si no fuera por Mari, yo ya no estaría viva.