Llegada.

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-Bien, el vuelo fue algo largo, esto de estár sentado tantas horas no se me da, lo único que quiero es llegar al departamento y acostarme y es que los niños de atrás me tenían cagando palos, deberían de impedir que suban a un avión, para que nadie quiera aventarse en pleno vuelo.

Guillermo bajó y fue a recoger sus maletas, que por suerte fue una de las primeras en salir. Fue a pagar un taxi y salió de la terminal, le dió la dirección al taxista esperando que no sea uno de esos que te llevan a lugares raros y venden tus órganos o algo así. Sacó su móvil y lo encendió. Solo una llamada, de su querida madre, a la cuál contestó:

"Hola madre, ¿qué tal todo? Justo llegué y voy en camino al departamento que me ayudaste a escoger aquel día. Mañana prometo marcarte, ahora solo quiero descansar del viaje.
Te quiere, Guillermo."

Bloqueó el móvil y vió a su alrededor, edificios y monumentos, seguro era un lugar lleno de cosas por visitar, pero lo haría después, por ahora tenía que hacer muchas cosas esa semana, como el papeleo y el acoplamiento de la universidad, sin olvidarse de intentar hacer nuevas amistades y esta vez siendo quien es.

El taxi se detuvo en una zona con departamentos de estilo ejecutivo, al parecer si era una zona centrica como su madre le comentó. Le pagó al taxista y este bajó su maleta y le agradeció la propina. Pasó la puerta de entrada, era automática, al parecer valía la pena pagar por estár ahí. Fue a registrarse y una amable señorita de no más de 26 años lo atendió.

-Hola, ¿qué se le ofrece?.

-Hmmm... Hola, vengo a registrarme, mi nombre es Guillermo Díaz, hice el pago incial hace dos semanas.

-Bien, señor, ¿Díaz? Esta es su llave y el número de departamento es D-37, el elevador lo llevará al edificio D, en sus manos queda encontrar el número, suerte.

-Gracias, muy amable, señorita...

-Puedes llamarme Mónica.

-Bien, Mónica, muchas gracias.

Y Guillermo siguió las indicaciones de la recepcionista y tomó el elevador, picó el botón con la letra D y esperó. Las puertas se abrieron y frente a él vió un letrero con dos pequeñas flechas, la flecha izquierda marcaba los números "1-20" y la derecha "21-40". Se encaminó a su departamento y con miedo a perderse en algún mundo como Narnia o algo por el estilo caminó por el pasillo hasta que lo encontró. Metió la llave y giró, abrió y...

-Esto no puede ser posible...

Era un departamento amueblado y muy grande para una sola persona. Apenas entrando estaba una especie de sala de estár, con dos sillones negros de una especie de cuero, enfrente de un mueble con un televisor que se pode distinguir a simple vista que era bastante caro. Enfrente una estantería vacía donde podría haber libros o cualquier otra cosa de utilidad. Entró y a su izquiera había un pasillo.

-Seguramente esto lleva a la habitación, pero quiero ver dónde entraré en batalla.

Fue en busca de la cocina y lo que vió fue una barra de marmol con 3 sillas altas, detrás de eso unos enormes gabinetes que tendría que llenar sí o sí con algo de comida si es que no quería morir de hambre en su primera semana en México.
Se regresó, tomó un cambio de ropa comodo y todavía perplejo por aquel lugar que era su sala de estár abrió la puerta de la habitación y por si fuera poco ésta era de grandes proporciones y bien decorada.

-En este cuarto puedo dormir como rey y no solo yo, 10 personas más, ¡Es asombroso!

Se aventó a la cama y se acomodó. En un intento de concilíar el sueño se hundió en sus pensamientos, en su pasado, en como había dejado a Gizelle, en como era que pasó de ser su mejor amiga pasó a ser su novia y hasta su peor pesadilla, recordó como lo fue manipulando hasta llegar a lo que quería, pero que simplemente Guillermo no estaba dispuesto a entregarle. Salió repentinamente de sus pensamientos y decidió enfocarse en otra cosa.

-Será mejor que vea el lugar dónde estudiaré, quiero verlo por fuera para no perderme en este inmenso lugar, el pequeño Guille no puede con algo tan grande y desconocido.

Sonrió al recordar el apodo que le había puesto su madre a los 8 años. Su sonrisa se esfumó cuando recordó que Gizelle le decía así, esa arpía también le robó eso.

-Bien, veré con que me enfrento.

Abrió una pequeña galería de los alumnos que cursarían la misma carrera que él, por suerte eran pocos y eso lo aliviaba, no le gustaba socializar, y es que para él era algo difícil. Vió las fotos y leyó los nombres de algunos de sus compañeros. Empezó a sentirse cansado, bloqueó el móvil y por fin durmió.

"Alumnado del segundo trimestre:

Antonio Ruiz, Cesar Franco, Andrea Dominquez, Carlos Villanueva, Mariana Villalpando, Jesus Lopez y Samuel de Luque."


Hola, ¡hola gente! Bien, talvez no me lean, pero aquí estoy haciendo algo de probecho, les dejo el primer cápitulo, es más como una presentación del lugar dónde nuestro querido Guille estará desarrollando su historia, su vida.

z4

Siempre tuyo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora